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Microsoft abre las hostilidades contra Bruselas en Luxemburgo

Publicado por
Fernando Pescador - bruselas
León

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La Comisión europea y Microsoft libraron este lunes una batalla legal ante el Tribunal de Justicia de la UE, con la vista oral de la causa que enfrenta al gigante informático y al Ejecutivo comunitario, a cuenta de la multa de casi medio millardo de euros impuesta a la empresa en el 2004 por abuso de posición dominante. Tanto la Comisión como Microsoft han aprestado medios excepcionales para la ocasión, acordes con la magnitud del envite en juego. La vista durará hasta el viernes, lo que constituye todo un récord en la historia del Tribunal de la UE, sólo superado por el caso de un cártel de cementeras en el que había varias empresas implicadas, que requirió 11 días. La vista se desarrolla ante la Gran Sala del Tribunal, con sus 13 jueces. De las 215 plazas disponibles en el local sólo quedan libres 15, tras el despliegue de juristas y expertos realizado por Microsoft -casi un centenar de personas- y el mucho más modesto de la Comisión, que ha desplazado a Luxemburgo, sede de la Corte, a una decena de personas. A por todas Microsoft va a por todas. Rechaza la motivación que llevó a la Comisión a imponerle la multa de 497 millones de euros pero, y por encima de todo, la filosofía que inspiró la decisión del Ejecutivo comunitario, que compromete los planes de expansión de la sociedad a través de la comercialización de programas como Media Player, incorporados a su sistema operativo. La Comisión se juega su credibilidad como entidad reguladora en asuntos de competencia. El caso de Microsoft tiene una enorme trascendencia económica y comercial. Si los jueces encuentran que la Comisión, que ha trabajado en este caso en estrecho contacto con el regulador norteamericano, ha sancionado sin sustrato suficiente, verá su credibilidad extremadamente mermada. Fuentes de la Comisión conocedoras de la instrucción de esta causa han destacado a este periódico la extrema rudeza con la que la empresa de Seattle ha afrontado su diferendo con Bruselas, y la sutileza de su argumentación jurídica. Microsoft ha puesto toda la carne en el asador de este juicio, consciente, como lo es, de que toda su estrategia comercial para la década en curso está en juego.