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Centenarios con el Diario | Orencia Fernández Modina

Una voz con cien años de vida Ayuntamiento San Andrés del Rabanedo CONCEJALÍA DE BIENESTAR SOCIAL Poesía a la abuela

Orencia todavía coge el autobús para ir a dar de comer pan a las palomas de la plaza de San Marcelo o para unirse a alguna fiesta con baile que organizan en la ciudad

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A. Calvo - león
León

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No hay nadie en la residencia de ancianos que tenga más energía que ella, nadie que cante más, nadie al que le guste tanto el baile. Aunque no es una joven de edad sí que lo es de espíritu. Orencia cumple hoy cien años y todavía se aventura a coger ella sola el autobús para acudir a los bailes que se organizan por la ciudad o para ir a dar de comer pan a las palomas de la plaza de San Marcelo. Cuando era más joven, se subía al autocar de línea que llegaba hasta Boñar. Una vez allí, comenzaba a caminar por las sendas que llevan al monte y recogía hierbas aromáticas. Después, en la plaza Mayor de León, las vendía a reales. Orencia preparaba cuidadosamente las bolsas en las que introducía las plantas. Además, también aprendió algunos remedios caseros en los que sus hierbas eran útiles. «La menta, el laurel, que iba a recoger a Asturias, y el orégano y el té, si se cuecen, son muy buenos para el catarro», comenta la centenaria. También aconseja frotar la frente con alcohol si duele la cabeza y colocar un huevo cocido sobre la piel, después de un golpe, para que no salga un cardenal. Orencia se casó en la iglesia del Mercado, cuando tenía 20 años. Un año antes, había llegado a León después de vivir en Prado de la Guzpeña, en Oceja y en el Burgo Ranero. Su vida nunca fue fácil. Primero tuvo que cuidar a sus cuatro hermanos y a los huéspedes que había en su casa, porque su madre estaba enferma. Después, cuando su marido se fue a la guerra, al frente del Ebro, tuvo que lavar la ropa de los soldados para poder mantener a sus hijos. «Como era pobre, nadie me quería, pero para divertirme era la primera», comenta risueña la centenaria Orencia, mientras explica que tenía un chico para cada baile: «Uno para el tango, otro para la jota...». Ahora, ha aprendido a bailar sevillanas y todavía le siguen gustando las habaneras. Hace poco se fue a Alicante y allí demostró todo su arte con el cante y el baile andaluz. De salud está perfecta. Sólo le falla un poco «el nervio de la pierna» y un brazo. Su mayor problema es la vista. Ha ido a varios oculistas para que la operen, incluso a Asturias, pero siempre le han aconsejado que no. «Me dicen que esto es cosa de la vejez», remata indignada. Ella niega que sea coqueta, pero para posar en la foto fue a la peluquería, cogió el mejor bolso, se colgó los collares que sus familiares le regalaron poco antes de su cumpleaños y se vistió con el vestido que estrenó para ir a bailar sevillanas a Alicante. La energía que la lleva a ser el centro de todas las reuniones con sus cantes y con sus bailes todavía la hace ser una rompecorazones. Sus familiares y la residencia de la tercera edad en la que vive ahora le han preparado algunos actos para celebrar que ha cumplido un siglo de vida. Ella está encantada con todas las actividades, levanta su fuerte voz y entona una potente melodía. Fecha de nacimiento: 1 de mayo de 1906. Lugar: Saelices del Río Residencia actual: Residencia Tercera Edad. Familia: Tiene 10 hijos (Eduardo, Victoria, María Ángeles, Matilde, Isidoro, Abundia, Segunda, Purificación, Luisa y Gabina), 34 nietos, 23 biznietos y 7 tataranietos El día 1 de mayo nació esta bonita rosa. Hoy cumple cien primaveras tan perfumada y hermosa, A lo largo de su vida fecundó con gran amor, portando brotes al mundo que todos se han hecho flor. Estos capullos proceden de la sabia de tu tallo, raíces que van creciendo memorizando el pasado. Que tu vida se prolongue madre de todo el equipo cada año festejando que ya alcanzaste el siglo. Recordando aquel cariño que nos brindaste en la cuna, hoy todos consideramos que madre no hay más que una. ¡Feliz cumpleaños mamá!