CRÉMER CONTRA CRÉMER
Estandartes, banderas y pendones 1397124194
EL VIEJO REINO de León es tierra de estandartes, de banderas y de pendones (¡con perdón!). Donde menos se piensa, en el solar más alejado de los centros históricos, o sea donde ni pisaron héroes ni se hicieron doncellas para boca de asno, allí por menos de nada, aparece un erudito e inventa una bandera, un estandarte, un pendón o una pendoneta, mediante la cual se establecen los signos gráficos de identidad del lugar. La lucha por la posesión de una señal tan eficaz como es la bandera al viento ha sido siempre causa de muchos encuentros siniestros y solamente el mejor dotado de los vecinos o el que conseguía aniquilar al rival, accedía a la creación de un estandarte con signos peculiares y algunos hasta con letras mayúsculas, a la sombra de las cuales, los hombres fuertes, los Tirante el Blanco, por ejemplo, enarbolaban telas y colores y formaban una hueste apta para la guerra. La prueba de esta tendencia a favor de la bandera o del pendón como señal de identificación, es la profusión de enseñas que en León se exhiben por menos de nada y también las réplicas, los debates y hasta las peleas, a lanzazo partido, como cada pueblo y cada grupo defiende su pendón (¡otra vez perdón!), porque no hay pendones para todos. Y a los vientos del empeño por poseer una bandera y por hacerse digno de ella, se dirimen querellas y se muere cantando o entonando himnos que pasan a la posteridad con fortuna, como el de «Banderita tu eres bella/ banderita tu eres gualda...» que ha pasado ha convertirse en texto inevitable para consignar el inquebrantable españolismo de los unos y de los otros. Una vez alcanzado el honor de posesión de una bandera, queda por cumplir otro requisito, no menos conflictivo y arriesgado: El de saber dónde, cuándo y cómo se establece la bandera o el pendón (¡y dale!): ¿En el balcón principal del Municipio? ¿Sobre el arco de las Universidades? ¿En los cuarteles de la guardia civil? ¿En las tabernas clásicas, con banderín a la puerta? En Ponferrada, que es tierra bien historiada y con vitae, andan a la greña los unos con los otros, por si la bandera o el guión procesional del Bierzo debe o no colocarse en la Casa Consistorial, que es donde al parecer deben situarse los estandartes o blasones, para que los vecinos sepan a qué figuraciones quedarse, y otra de las apelaciones más discutidas y resonantes, la del distinguido Regidor de la Municipalidad que no se recortó para exponer su opinión, y llegó a calificar la demanda mediante carteles por las calles, como «chorrada», que en términos menos directos viene a querer señalar que bien están si están bien los estandartes ahora en las procesiones de la Semana Santa y los pendones durante la demostración de poderío de los señores emblemáticos de la Región, pero que en puridad quiere decirse, debe querer significar y expresar que lo que caracteriza a un pueblo y a sus hombres, no es la bandera, ni el estandarte, ni el pendón, sino el comportamiento general en cuanto vecinos, de una comunidad civilizada. ¡Todo lo demás de las pendonetas y las exposiciones al aire libre de los pendones, no dejan de ser una chorrada, dicho sea, eso sí, con perdón!