Los inmigrantes bloquearían la economía si se fueran de España

Los inmigrantes absorbieron cerca del 34% del empleo creado desde 1995 al 2005, después de que su proporción en el mercado laboral se multiplicara por seis y pasara del 2,3% al 13%. Durante la última década el país generó 6,4 millones de colocaciones y, de ellas, 2,2 millones fueron para extranjeros. Los datos figuran en uno de los pocos informes realizados sobre el fenómeno de la inmigración y su futuro, difundido por la multinacional de empleo temporal, Manpower. El estudio se denomina «Efecto llamada e inmigración: razones del choque inmigratorio e impacto en el mercado de trabajo español 1995-2005». Su autor es el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver. Tras la presentación del documento, este profesor se sumó a las voces que advierten que, sí la mano de obra extranjera abandonara el país, la economía española sufriría un parón. Oliver reconoció que la llegada de los inmigrantes ha abaratado los salarios medios, pero estos trabajadores ahora se encuentran ubicados laboralmente de tal manera que se han convertido casi en imprescindibles. En la actualidad hacen difícil «poner puertas al campo». Sí abandonarán España, descabalarían a muchas familias y hogares y, aunque los salarios subirían ante la escasez de mano de obra, muchas empresas no podrían soportar ese encarecimiento e irían a la quiebra. Otro inconveniente de los trabajadores venidos de fuera es que ocupan puestos de baja cualificación, lo que no contribuye al aumento de la productividad, asignatura pendiente de España. En consecuencia, Oliver considera razonable la aplicación de «una política de contratación en origen» para elegir al inmigrante adecuado. A su juicio, la creación de empleo es tan intensa que excede a los efectos del Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura, creado precisamente para contactar con el trabajador en su país. En este sentido, expuso su esperanza de que los emigrantes del Este de Europa, que cuentan con un grado medio-elevado de formación, contribuyan en pocos años al aumento de la competitividad del país. El informe refleja que el avance de la inmigración se ha producido en «un contexto de fuerte expansión del empleo de los nacidos en España», que vio aumentar sus efectivos en 4,2 millones de ocupados, con un crecimiento acumulado durante la década«sorprendente» próximo al 35%. En consecuencia, el extranjero no ha quitado las colocaciones a los autóctonos y sí ha cubierto los huecos aflorados por el descenso de la población del país. Cifras espectaculares El aumento del 35% de la ocupación española debe contraponerse «al espectacular avance por encima del 750% de los inmigrantes, de manera que el 2,3% de aportación al total que efectuaban en 1995 pasó al 13% en el 2005». Esta ganancia, superior a los 10 puntos porcentuales en el total de empleados, coincide con la pérdida de ocupación de los nacidos en España, «que vieron reducir su aportación del 97,7% al 87%». La absorción por parte de los inmigrantes llegadoa a España del 34% del nuevo empleo del país refleja pesos distintos en las variables que analiza el estudio. Por ejemplo, la distribución muestra «un perfil decreciente con la edad». En los grupos más jóvenes la aportación es muy notable, supera el 100% para aquellos con edades que van entre los 16 y los 19 años y el 54% para los del tramo de 20 a 24. A partir de esa edad y hasta los 39 años, la relación oscila en valores próximos al 40% y luego baja hasta el 9,4% en el colectivo de 55 a 59 años, para finalmente volver a presentar mayor contribución en el grupo de edad más avanzada (60 a 64 años) con un 17,7%.