Técnicas sofisticadas permiten las reconstrucciones craneales virtuales

La antropología virtual permite que usted vea cómo será su rostro dentro de diez, veinte o treinta años. De la misma manera permite reconstruir el aspecto de los homínidos a partir de los restos óseos craneales y faciales localizados en los yacimientos. Este tipo de estudios, de gran importancia en disciplinas tan variadas como la medicina o la antropología se verá impulsado en los próximos años gracias a la creación de EVAN (European Virtual Anthropology Network), una red europea pensada para a compartir recursos, experiencias y resultados. Tal y como ha hecho público el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), este organismo será el encargado de representar a España en el proyecto. El principal objetivo de EVAN es crear una red de jóvenes investigadores, procedentes de diferentes disciplinas, que cuenten con una formación metodológica común, basada en nuevas tecnologías. El proyecto integrará al servicio de la antropología virtual nuevos métodos de análisis empleados en biomatemática, bioingeniería y ciencias de la computación. Su aplicación será el análisis cuantitativo de la anatomía y la forma humana, su variación y su cambio evolutivo. Entre las aplicaciones más conocidas de la antropología virtual destaca el estudio y reconstrucción en tres dimensiones de cráneos de humanos y homínidos fósiles. «Las técnicas empleadas permiten, por ejemplo, medir el volumen y la forma de un cerebro, de alguna de sus partes, o bien de otras cavidades craneales o nasales», asegura el investigador del CSIC. No obstante, los resultados del proyecto engloban otras áreas muy diferentes, como la detección prematura de enfermedades, la cirugía virtual, el desarrollo de prótesis, la identificación biométrica, el estudio pormenorizado del desarrollo y crecimiento, así como la predicción de los rasgos que un rostro determinado tendrá en el futuro, gracias a técnicas como la morfometría geométrica y el análisis estadístico multivariante. El investigador del CSIC explica el procedimiento: «A partir de técnicas como tomografía computerizada, microtomografía, o resonancia magnética se obtienen imágenes de estructuras anatómicas, por ejemplo, craneofaciales. Luego estos datos se procesan, con la ayuda de diferentes programas de ordenador, para conseguir modelos virtuales en tres dimensiones».