Diario de León
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FRANCISCO SOSA WAGNER
León

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CON ESTE asunto de la memoria histórica anda el personal revuelto y hay quien anuncia que va a ser exhumado el cadáver del poeta García Lorca y pronto veremos desenterrar al general Miaja para venerar su fajín. Ya puestos, estamos también a la búsqueda de los restos de Cristóbal Colón, dispersos, con varias ciudades disputándose los auténticos despojos del imaginativo marino, un pie, la muela del juicio etc. Penoso espectáculo este porque muchos creemos que lo importante es lo que Colón ha legado: gracias a la munificencia de unos reyes intrépidos, el descubrimiento de un continente, con lo que ello supuso de progreso en la historia de la humanidad. Y de Lorca lo que nos interesa es que escribiera: «Por el nombre del Padre, roca luz y fermento / por el nombre del Hijo, flor y sangre vertida, / en el fuego visible del Espíritu Santo, / Eva quema sus dedos teñidos de manzana». Es el estro poético lo que cuenta, el dardo de la escena teatral clavado en los intersticios de la sociedad hipócrita. El polvo de los huesos, de la nariz rota, de un dedo de un pie, todo eso no vale un ardite. ¿Cómo se explica este disparate en el que nos están embarcando? Solo por la mentalidad religiosa, atenazante aunque muchos se crean libres de las ataduras de la fe. Es la mentalidad de la reliquia la que se desea restaurar, acaso porque ha dado siempre buenos dividendos: no olvidemos que, gracias al metacarpo de san Policarpo o al aparato genital de san Nicerato obispo, se construyeron basílicas y catedrales, se recamaron casullas y dalmáticas y se labraron magníficas custodias que constituyen todavía hoy objeto de devoción y de admiración. Quien quiera documentarse sobre este fenómeno ha de acudir a la espléndida novela de Jesús Torbado «El Peregrino» donde en un tono hilarante pero sabiamente documentado se tejen las idas y venidas de huesos, pelos, mantos, sandalias etc a lo largo y ancho del Camino de Santiago. Para decirlo en términos mercantiles modernos, las reliquias han sido los pagarés del Tesoro de la Cristiandad. Lo mismo ha ocurrido en el mundo musulmán: los pelos de la barba del Profeta han viajado de un extremo a otro de Oriente para los cometidos más pintorescos como mediar en guerras, sellar paces o inspirar matrimonios fructíferos. Hay en la literatura portuguesa una gran novela de Eça de Queiroz que precisamente se llama «La Reliquia», la historia de un joven que viaja a los Santos Lugares y busca un recuerdo religioso acreditado para su tía que es quien le financia sus gastos. El final es grotesco y, si no lo cuento, es para animar al lector a disfrutar de la prosa de Eça. Resumiendo, busquemos cadáveres putrefactos pero sepamos que no estamos rindiendo culto al progreso sino más bien restaurando el culto a una tradición religiosa que, con justicia, ha sido objeto de chanzas entre los espíritus libres, iluminados desde la Ilustración para acá. Ahora bien, ya puestos, aconsejo a quienes buscan reliquias laicas que lo hagan bien y para eso nada mejor que acudir a la Iglesia que codificó el asunto con el sentido jurídico que en ella ha sido habitual. Y así el viejo Código de derecho canónico les puede ofrecer pistas valiosas. Con él hay que distinguir entre reliquias «insignes» y las que no lo son. Las primeras son las de los santos más importantes y sus partes de mayor fuste: así, la cabeza de san Meteorato, un decir. Las de los beatos no son insignes, cierto que tampoco bagatelas, pero no alcanzan la dignidad de las primeras, si bien cuando el beato ha recibido martirio, sus restos pueden merecer el ascenso. Por ahí ya se puede entrever la riqueza de los hallazgos de la memoria histórica, según la calidad del político o militar, del fiambre entreverado de glorias. Convendría volver al relicario y a los documentos que acreditan la autenticidad expedidos por los obispos, perdón, por los nuevos guardianes de la memoria histórica. Hay mucho camino por recorrer. Estaré ausente de él porque yo de Azaña con lo que me quedo no es con su dentadura sino con sus palabras: Paz, piedad, perdón.

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