El Parlamento Europeo estudia un impuesto para los SMS y los correos
El Parlamento Europeo se ha planteado la posibilidad de gravar con impuestos los correos electrónicos y los mensajes de texto (SMS) como un modo de financiación para el futuro. Alain Lamassoure, un eurodiputado del grupo popular europeo, ha lanzado la idea, que se analizará en un grupo de trabajo. El francés Alain Lamassoure aclaró ayer que sólo ha sugerido cobrar un impuesto sobre el envío de mensajes telefónicos escritos (SMS) a los operadores, no al consumidor, según precisó a Efe uno de sus colaboradores. Lamassoure, eurodiputado del partido francés UMP, lanzó tal idea el pasado 9 de mayo, durante una reunión en Bruselas con parlamentarios nacionales dedicada a examinar cómo mejorar el régimen de financiación de la UE. Minucias Lamassoure, miembro del UMP de Jacques Chirac, propone añadir un impuesto de alrededor de 1,5 céntimos en los mensajes de texto y gravar con 0,00001 céntimos cada correo electrónico enviado. Según este eurodiputado, «son minucias; pero, dados los miles de transacciones que se hacen cada día, supondrán unos ingresos inmensos». Este tipo de impuesto europeo es una de las posibilidades que baraja Bruselas para financiar su presupuesto y hacerlo más independiente de los países miembros y de negociaciones que se llevan a cabo entre ellos. Actualmente, el presupuesto de la Unión Europea se financia mediante una mezcla de impuestos de aduanas, ingresos por impuestos de valor añadido y contribuciones directas de los Estados miembros. Pero tras una disputa de un año sobre el actual presupuesto para los próximos siete años, se decidió que se debía cambiar el modo de financiación. La mayoría de los gobiernos, los eurodiputados y la Comisión Europea apoyan la creación de estos nuevos impuestos. Pero aún estudian cómo hacerlo, y también se ha planteado la posibilidad de gravar los billetes aéreos o crear un impuesto suplementario para las compañías petrolíferas. En Italia, la posibilidad de un impuesto por envío de e-mails y SMS se consideró en el pasado como un modo para ayudar a acabar con el gran déficit del país, pero fue ampliamente rechazado por el Gobierno saliente.