Diario de León
Publicado por
Antonio Núñez
León

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TAN CIERTO como que el Bar-ça ganó la liga este año es que la próxima va a ser del Athletic, según filtraciones del Centro Nacional de Inteligencia, encargado de verificar la tregua de ETA. Entiéndase bien, no es que en estos tiempos de memoria histórica vayan a resucitar Zarra, Gainza o Sabino -a mí, que los arrollo- pero casi, porque en los próximos dos años no se va a hablar de otra cosa que del País Vasco. Informes confidenciales del CNI aseguran que Batasuma está dispuesta a rendir las armas, o colgar las botas, según la sección de deportes, la única apolítica que queda ya en el periódico, a cambio de que el futuro Estatuto de Guernica reconozca en el preámbulo que ni nación (Cataluña). ni realidad nacional (Andalucía), ni comunidad histórica (nosotros), ni leches: los abertxales reivindican que Euskadi no sea menos que una selección nacional. La idea es, al parecer, del entrenador Javier Clemente, gran estratega de la penúltima vez que jugamos la copa del mundo y así nos fue. Tal como se desarrolló el otro día el debate sobre el estado de la Nación, con Rajoy haciendo como que no veía la jugada, igual que algunos árbitros que yo me sé, la única explicación que cabe es que Zapatero lo hubiera comprado antes con información privilegiada de los servicios secretos, como la dicha anteriormente. Probablemente le pagaran en mortadelos de la TIA. Y, como es lógico, en el último minuto le metieron al PP un gol por toda la escuadra. Lo más parecido a la política española es un partido de fútbol, así que después de una primera y aburrida primera parte (el Estatut) viene ahora la segunda, o sea la jugada marrullera del mal pitado «proceso de paz» en Euskadi. Y, si como árbitro Mariano vale poco, de cancerbero de su partido para menos que el portero del ayuntamiento, de lo cual es fácil deducir cómo va a acabar la quiniela. Lo de la política antiterrorista de Zapatero está tan claro a estas alturas como cuando los del Alcoyano pedían prórroga. Por moral que no quede -de eso, pero en el otro sentido, sabe mucho Rubalcaba- y en las sedes del PP se disponen a dar más facilidades para la desaparición de ETA y Batasuna, que iban para el descenso por fuera de juego y ahora han retomado bríos. Va a ser la próxima una goleada inmisericorde. No hay más que leer los eslóganes de la campaña del Estatut con eso de que quien no lo vote es anticatalán, como le pasa al «Xamprada» con «Freixenet». Desde aquí cedemos Prada y un servidor una idea gratis a tope para ver si los populares se aclaran de una vez: machos, si quereis animar a los vuestros sin quedar mal con nadie en el referéndum de autodeterminación de Euskadi, poner de pancarta electoral «viva el Betis, manque pierda». Dicen los chicos de la sección de deportes que voy a perder la porra de la liga que viene porque, ya de natural, soy pesimista en exceso. Podría ser, pero a ellos les pasa como a Rajoy: un optimista es sólo un pesimista mal informado. En cuanto a las encuestas que se barajan entre la población sobre si negociar con Batasuna «sí o no», como mucho habría que darle la razón a los que «no saben/no contestan». Con la que está cayendo era mejor suspender el partido. La tienda de electrodomésticos de mi barrio se está forrando a vender televisiones de pantalla plana para que la gente vea los mundiales desde el sillón, que es como un escaño parlamentario casero a lo presidente Marín, donde uno habla y los demás se callan. Fue lo que le avisé ayer a otro vecino optimista: «primero, España puede quedar eliminada antes de los octavos de final; y. segundo, aquí la Sexta no tiene cobertura, así que allá tú». A lo que el otro respondió muy ufano con un «desde que sólo sale Zapatero en el telediario lo ves todo en blanco y negro». Como soy un antiguo, pedí luego consulta en el oculista de la Seguridad Social, pero me la han dado para dentro de dos años por la lista de espera de cuando puedan atender las operaciones de cambio de sexo. O sea, para después de las próximas elecciones. El único consuelo es que Rajoy y Maragall van detrás de mí. Volviendo a la liga, sólo uno de deportes, que está de becario eventual por horas para prácticas de verano después de quemarse cinco años los morros en la facultad, me preguntó por qué estaba tan seguro de que va a ganar el Athletic. Fumando a la puerta el cigarrillo de la ley antitabaco, que fomenta el compañerismo, se lo expliqué de colega a colega. «Tío», le dije, «a ver si te quitas el humo de los ojos y no como Pepiño Blanco, que siempre le lloran cuando te mira como a un inmigrante o a un periodista sin papeles, no sé qué será peor. Si quieren la autodeterminación, será para jugar ellos sólos, la selección vasca contra sí misma ¿O no?». «Así gana cualquiera», asintió el otro.

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