Diario de León

Se trata del mayor proyecto científico de la historia en el que participa la mitad de la humanidad

Acordada la construcción del reactor de fusión nuclear experimental Iter

España participa a través de la Agencia Europea de Fusión, que tiene su sede en Barcelona

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T. Fernández - león
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El Reactor Internacional Termonuclear Experimental (Iter), destinado a obtener energía a través de la fusión nuclear, ha iniciado su andadura después de que representantes de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Rusia, China, India y Corea del Sur firmasen en Bruselas el acuerdo definitivo para su construcción. Deberá estar concluido en una década, se ubicará en la localidad francesa de Cadarache y tendrá un coste de 10.000 millones de euros durante los treinta y cinco años que durará, que serán financiados a partes iguales por la UE y Francia, por un lado, y los demás socios por otro. Además, dará trabajo directo a más de 200 científicos y unos 400 técnicos, generándose miles de empleos indirectos. La designación de Cadarache puso fin a varios meses de una negociación que estuvo bloqueada por el debate sobre su ubicación ya que, mientras Japón, EE.UU. y Corea del Sur defendían la opción de Rokkasho Mura (Japón); UE, Rusia y China apostaban por la localidad francesa. El acuerdo se alcanzó tras la concesión a Japón de contratos para la construcción del proyecto, circunstancia que permitiría al país nipón retirarse con honor de un asunto en el que se encontraba cada vez más aislado. España participará en el proyecto a través de la Agencia Europea de Fusión, con sede en Barcelona (en la que trabajarán unos 150 científicos, ingenieros y técnicos) organismo que se encargará de gestionar más de 2.000 millones de euros destinados a contratos de construcción, aportación industrial y el desarrollo de I+D del proyecto. Además, nuestro país podrá nombrar a uno de los dos directores europeos del proyecto, tal y como se acordó tras la retirada española de la candidatura de Vandellós como sede del Iter. El Iter se convertirá en el mayor proyecto científico de la historia en el que participa la mitad de la humanidad y será una gran instalación, de unos 20 metros de alto y 15 de diámetro cuyo objetivo es producir energía limpia y segura a partir de agua e hidrógeno. Según sus responsables, no se puede esperar más tiempo porque se calcula que, entre la construcción, el inicio de los experimentos y el tiempo necesario para que estos ganen la suficiente confianza científica, pasarán 25 años antes de asegurar si la fusión es viable. Se calcula que con el apoyo político y financiero de la comunidad internacional, en 40 ó 50 años se podrá conseguir que esta energía se convierta en una alternativa limpia y rentable al petróleo y a las centrales de fisión. El principal problema que tienen que resolver los investigadores es demostrar su viabilidad, es decir, que se libere más energía de la que se necesita para producirla. Fusión nuclear El reactor experimental está basado en la fusión nuclear, es decir, en la unión de dos núcleos en uno más pesado con la consiguiente liberación de energía. Es un proceso similar al producido en el interior del Sol, donde a enorme presión y temperaturas de varios millones de grados, toneladas de hidrógeno se combinan cada segundo convirtiéndose en helio y produciendo casi toda la luz y el calor que libera el astro rey. Para conseguir la fusión en el laboratorio se utiliza un gas muy caliente e ionizado (plasma) de deuterio y tritio que debe alcanzar altísimas temperaturas para que al fundirse origine átomos de helio y produzca gran cantidad de energía. Se trata, por tanto, de una energía limpia y segura obtenida a partir del hidrógeno, el elemento más abundante en la naturaleza. Sus ventajas serán muy importantes porque se obtendrá de una fuente ilimitada de combustible, el deuterio, procedente de los océanos; no contamina por la emisión de CO2 y, además, es segura porque no puede desencadenar una reacción en cadena. Por otra parte, apenas produce residuos radiactivos ni problemas de seguridad en el reactor, como las centrales nucleares, ya que la cantidad de combustible empleado es muy pequeña.

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