Casi medio millar de voluntarios protegerán los espacios naturales

El consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, ha presentado el Plan del Voluntariado Ambiental en los espacios naturales de Castilla y León, una iniciativa dirigida a los ciudadanos, residentes en espacios naturales y sus zonas de influencia socioeconómica, y a todos los agentes implicados en actividades de voluntariado. Según explicó el consejero, «los beneficios derivados suponen alcanzar mayores niveles de protección, conservación y restauración de los espacios naturales, apoyar al desarrollo local sostenible, crear vínculos entre la realidad sociocultural de la población rural y la urbana, e implicar a la población local y su participación directa en los espacios naturales». La Consejería de Medio Ambiente destinó 80.000 euros durante el año 2005 en dos proyectos piloto en el Lago de Sanabria (Zamora) y en el Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia (Salamanca), en los que participaron 2 entidades de voluntariado y 169 voluntarios que trabajaron entre los meses de julio a septiembre. Tras el éxito obtenido, Fernández Carriedo anunció la puesta en marcha del plan de voluntariado 2006-2010, en el que se invertirá un total de 2,5 millones de euros. «En este mismo año vamos actuar con siete proyectos en otros tantos espacios naturales de seis provincias, a los que se destinan 300.000 euros, y se cuenta con la participación de 5 entidades de voluntariado y 425 voluntarios, sin límite de edad, que desarrollarán su actividad entre junio y octubre», explicó. Beneficios de todo tipo Según las normativas estatal y comunitaria, el voluntariado «es una actividad organizada, altruista, solidaria y libre efectuada por personas independientes mediante actividades que redunden en beneficio de la comunidad». El Plan de Voluntariado puesto en marcha por la Consejería de Medio Ambiente, reconoce al voluntariado como la forma de participación activa del ciudadano en los espacios naturales, como una herramienta de prevención de problemas ambientales, desarrollo de esos espacios y sus zonas de influencia, y como una metodología educativa para una mayor concienciación de la población. Además, reconoce a las entidades locales como actores indispensables en el desarrollo, control y seguimiento de las actividades de voluntariado en esos enclaves. El consejero explicó que los beneficios del plan sobre las poblaciones locales suponen «mejorar las condiciones de vida, promover la participación activa de sus habitantes y estimular el desarrollo del tejido asociativo a nivel local como forma de integración y estructuración de la sociedad». Los beneficios también se extienden a los espacios naturales ya que se mejora su protección y restauración, se comparte la responsabilidad de sus condiciones ambientales entre administración y ciudadanía, se sensibiliza a la población sobre la importancia del voluntariado y, por último, se consigue que estos enclaves sean recursos reales de educación ambiental. Las actuaciones a desarrollar incluyen acciones formativas y divulgativas que contribuyan a prevenir incendios forestales, vigilar las zonas de interés natural, conservar el medio ambiente (limpieza, repoblación forestal), recuperar el patrimonio natural y cultural, informar y orientar a los visitantes de los espacios naturales, atención especializada a colectivos con necesidades específicas, y apoyo a la investigación (recopilación de datos, toma de muestras). Los colectivos de interés preferente implicados son la población local (mujer, tercera edad, colectivos desfavorecidos y discapacitados) y los visitantes de los espacios. Y en cuanto a los agentes implicados, la lista va desde las administraciones autonómica y local a los ciudadanos, pasando por agentes sociales, entidades de voluntariado, universidades, empresas, asociaciones profesionales, deportivas, de ocio y tiempo libre y grupos locales.