Más de 125.000 personas mueren cada año en el mundo por picaduras de serpiente
Según se recoge en un informe elaborado por investigadores de las universidades de Costa Rica y Oxford, así como de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, recientemente publicado en la revista PLOSMedicine, en el valle de Benue (Nigeria) la incidencia anual de mordeduras de serpiente es de unas 500 por cada 100.000 habitantes, con una mortalidad que supera el 12% de los casos. Aunque no se trata de la región del planeta donde se producen más mordeduras de ofidios, sí es uno de los lugares en los que más se ha investigado este problema. Con este estudio, sus autores quieren resaltar el grave problema que supone la falta de suero antiveneno en muchas regiones del planeta, especialmente en África, en las que los agricultores jóvenes, especialmente hombres, son los más afectados al encontrarse con serpientes venenosas mientras cultivan en los campos asiáticos y africanos. Los ataques de serpientes constituyen uno de los problemas de salud olvidados ya que afectan cada año en el mundo a más de 2,5 millones de personas, de los que el 5%, es decir, 125.000, fallecen por esta causa. Y lo que es peor, la cifra real puede ser muy superior ya que existen muchos casos que no llegan a registrarse porque los ataques producidos en poblados no suelen llegar a conocimiento de las autoridades. Advierten, además, que en ocasiones las estadísticas oficiales no recogen los casos de personas tratadas con métodos tradicionales y que, aunque muchas personas sobreviven al veneno de las serpientes, quedan con secuelas físicas y psicológicas. Según los expertos, aunque las tres especies de víboras españolas (áspid, europea y común) tienen un veneno de escasa potencia, todos los años son hospitalizadas decenas de personas, por picaduras producidas principalmente entre los meses de mayo y octubre. La mortalidad en España no llega al 1% y suele influir en ella la edad, la salud o la cantidad de veneno inoculado en la víctima. En caso de cruzarse con una serpiente se recomienda no acorralarla ni molestarla porque al sentirse amenazada ataca para defenderse. Tampoco se deben levantar piedras porque pueden esconder una víbora o un escorpión.