Con puntualidad latina, media hora de retraso, Shakira irrumpió en el escenario a los acordes de Estoy aquí ganándose a la audiencia desde su primera vocalización.
Dominando la situación desde el primer momento, arropada con un montaje que deja poco a la improvisación, la artista se dirigió constantemente al público estableciendo una estudiada complicidad que se repite en todas las plazas en las que actúa.
Con Fijación Oral/Oral Fixation Tour, Shakira acomete la empresa más ambiciosa de su carrera artística, una gira calculada al milímetro con la que recorrerá Estados Unidos este verano afianzando una propuesta musical que ha hecho historia radiofónica en aquellas latitudes con el tema Hip's don't lie.
Vestida de negro, pantalón y camiseta, acometió con entusiasmo un repertorio que incluía temas como Te dejo Madrid, Don't bother, en el que mostró su actitud más rockera guitarra en mano, Antología, Hey you o Si te vas.
La artista colombiana hizo historia anoche en nuestra ciudad, inaugurando el estadio Antonio Amilivia como escenario para un concierto y llenándolo considerablemente.
Tras ensalzar las bondades de la ciudad, y prometer que volvería a visitarla en un futuro, mostró abiertamente las cartas que rigen su inteligente trayectoria artística: «Una sola cosa más, quiero que se la pasen bien, esto es el negocio, yo canto y bailo para ustedes».
Los fans corearon todas las canciones de la artista colombiana que en todo momento estuvo entregada a su público.
Pequeños y grandes. Público de todas las edades se congregó en el estadio leonés de fútbol para no perderse el concierto del año en la ciudad.
El público echó de menos una puesta en escena algo más espectacular. No basta con que Shakira mueva las caderas. La gran pantalla apenas sí mostraba primeros planos de la artista. Tampoco las luces fueron lo mejor de la noche. Shakira se cambió de vestuario al menos en tres ocasiones y pasó de musa del hip hop a reina de Las mil y una noches.
Las previsiones de venta de entradas se quedaron pequeñas. Si por algo se caracterizo el estadio de fútbol fue por el lleno total que sufrió. Tanto el campo como las gradas se convirtieron en «enjambres» de espectadores que llegaron de todo el norte de Espana para escuchar a la cantante colombiana en su concierto leonés.
Cientos de personas se concentraron en las puertas de estadio Antonio Amilivia horas antes del comienzo del concierto con el fin de ocupar uno de los puestos cercanos al escenario y poder asi ver a su ídolo de cerca. Desde por la mañana, los jovenes ya esperaban en el exterior del campo, forrado con una espectacular alfombra azul.
Las medidas de seguridad se encargaron de que no se produjeran incidentes durante el concierto.
Hasta el último momento se vendieron entradas.
Una de las caras más desagradables de este tipo de acontecimientos son las cantidades de basura que se genera por parte de las personas que esperan durante horas para entrar al recinto.