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El adiós a dos enclaves
Cierre por falta de vocación La falta de vocaciones ha obligado a cerrar el convento de los hermanos Franciscanos en Segovia, según informó el Obispado, que celebró ayer una misa de despedida de la congregación, que llevaba en la ciudad del Acueducto desde 1899. Las puertas de la casa de los franciscanos se cerrarán definitivamente el próximo 2 de julio y los tres frailes que quedan partirán hacia distintos destinos para desarrollar su «labor humilde y centrada en el culto, en el confesionario, la predicación dentro y fuera de la ciudad y la asistencia a religiosas, principalmente las franciscanas de la ciudad y de la provincia», como destacó el obispo de Segovia en la ceremonia de despedida. En los últimos tres años sólo ha habido cuatro religiosos en la casa, situada en el número 14 de la calle de La Judería. Ahora hay tres; dos de ellos llevan tres años en Segovia y otro, el padre guardián, seis. Irán destinados a Toledo, Ávila y Guadalajara, ciudades incluidas en la Provincia Centro de la orden franciscana (que la propia orden denomina de San Gregorio o Castellana), de la que forman parte Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid. La decisión de cerrar el convento de Segovia la adoptó el capítulo provincial de los franciscanos, que se reúne cada tres años, por la «escasez de vocaciones y el progresivo envejecimiento de las órdenes religiosas», según puntualizaron desde el Obispado de Segovia. Un escenario de película A la venta impresionante conjunto histórico donde se rodó Marcelino Pan y Vino. Este es el anuncio que promociona una inmobiliaria en Internet la venta de la ermita románica de San Cristóbal en Aldeavieja (Ávila), restaurada y convertida en Casa Museo de Rafael Seco, en sala de exposiciones, en escenario de conciertos y en vivienda por Manuel Seco de Arpe y su familia en el año 2002. Cuatro años después, la mezcla de falta de apoyos institucionales y motivos profesionales de sus propietarios la han sacado al mercado inmobiliario. El precio de esta edificación, de 850 metros cuadrados de superficie y rodeada de una parcela de 17.500 metros cuadrados, es de 2,12 millones de euros. «En esta ermita se rodaron la emblemática Marcelino Pan y Vino, con Pablito Calvo y Fernando Rey, y La aldea maldita, de Florián Rey, así como un vídeo de Miguel Bosé. En su sacristía se escondió El Lute en su última huida», prosigue el anuncio de venta. Esta ermita ha sido el hogar de Manuel Seco y de su familia durante los últimos cuatro años. Y también ha sido una apuesta firme y personal por crear un contenedor cultural en la confluencia de las provincias de Ávila, Segovia y Madrid. Seco explica que «es difícil mantener los gastos de este proyecto cultural» sin recibir apoyos institucionales.