Escolares de la montaña central leonesa construirán nidos y comederos de aves La Fifa ha puesto en marcha en el Mundial de Fútbol el programa «Gol verde» El ser humano comenzó a cultivar plantas y árboles hace más de 12.000 años
La Consejería de Medio Ambiente ha concedido una subvención de 3.800 euros para la participación por parte de diez colegios de educación primaria de la montaña central leonesa en talleres de construcción de cajas-nido y comederos para aves promovidos por la Asociación para la Protección de la Naturaleza «URZ». La actividad se enmarca en el programa de educación ambiental denominado «Escuela de Naturalistas», con el que se pretende introducir a los niños en el mundo de la observación de la naturaleza y de la ornitología desarrollando actitudes de respeto, tolerancia y participación en el medio natural. Su finalidad es reducir los impactos medioambientales de esta cita deportiva y comprende, entre otros objetivos, fomentar el uso del transporte público para que los aficionados se desplacen a los estadios, reducir en un 20%, tanto el consumo de energía en los campos de fútbol, como el de agua, así como la generación de residuos urbanos. Los doce estadios cuentan con 20.000 metros cuadrados de paneles solares fotovoltaicos que generan cerca de 3.000 kilovatios, suficientes para generar durante un año la electricidad de un campo de fútbol. Cuatro de ellos cuentan con cisternas subterráneas que recogen el agua de lluvia, que es reutilizada para regar el césped, en los aseos y en labores de limpieza. Además, se utilizan envases reciclables de bebidas y la mayor parte de la comida carece de envoltorios. Un equipo de investigadores israelíes ha descubierto en el Valle del Jordán pruebas que evidencian que los seres humanos cultivaban árboles y plantas hace más de 12.000 años, es decir, un mileno antes de lo que se pensaba. Los higos fósiles descubiertos carecen de semillas porque sufrieron una mutación que raramente se produce en higueras salvajes y que no podría haberse dado sin ayuda humana. El estudio destaca que al inicio del Neolítico nuestros ancestros ya sabían plantar árboles tan delicados como la higuera y eran capaces de incrementar sus cosechas.