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El Pontífice censura la libertad del individuo «al margen de la relación con los demás»

Millón y medio de fieles despiden al Papa en su última misa en Valencia

Benedicto XVI pide un matrimonio entre hombre y mujer pero elude criticar al Gobierno de Zapatero

El Papa abandona Valencia en «papamóvil» aclamado por la multitud

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Enrique Clemente - enviado especial | valencia
León

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El Papa clausuró ayer el V Encuentro Mundial de las Familias con una multitudinaria misa, a la que acudieron cientos de miles de personas, un millón y medio según la organización y la policía local. A la ceremonia religiosa, celebrada en un espectacular altar de 2.700 metros cuadrados, asistieron los Reyes, los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, en representación del Gobierno, y la plana mayor del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza. En su homilía, el Papa defendió la familia fundada en el «matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer», que consideró «el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral» y «la mejor garantía para asegurar la dignidad, la igualdad la verdadera libertad de la persona humana. Aunque de nuevo, como hizo el sábado, evitó cualquier crítica al Gobierno socialista por aprobar los matrimonios homosexuales, dijo que «ayudar y reconocer a esta institución -la tradicional- es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy en día al bien común y al desarrollo de los hombres y las sociedades». Denuncia Benedicto XVI denunció que «en la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo, concebido como sujeto autónomo» y se «intenta organizar la vida sólo a partir de deseo subjetivo y muda-bles». Frente a esa situación, «la Iglesia no deja de proclamar que la libertad del ser humano proviene de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios». Por ello, añadió, «la educación cristiana es educación de la libertad y para la libertad». El Gobierno de Zapatero y la Iglesia católica mantienen también un contencioso sobre la asignatura de religión, que los obispos quieren que cuente en el expediente académico. «La familia cristiana, padre, madre e hijos, está llamada -añadió Benedicto XVI- a cumplir los objetivos señalados no como algo impuesto desde fuera, sino como un don de gracia del sacramento del matrimonio infundida en los esposos». En su despedida del primer viaje a España, volvió a insistir en la importancia de la familia tal y como la concibe la Iglesia católica. Benedicto VI expresó su deseo de que el V Encuentro Mundial de las Familias ayude «al mundo de hoy a comprender que la alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer establecen un vínculo permanente es un gran bien para toda la humanidad». El Papa anunció que el VI Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en Ciudad de México en el 2009. Benedicto XVI tuvo la oportunidad de trasladar a Mariano Rajoy la importancia de defender a la familia, así como su satisfacción por los resultados del evento y por la calurosa acogida que le han dispensado los valencianos y los españo-les, durante el brevísimo encuentro que mantuvo con el presidente del PP al término de la Eucaristía. Detrás del altar El Papa saludó detrás del altar al líder de la oposición, que acudió acompañado de su esposa, Elvira Fernández, y sus dos hijos: Mariano, de siete años, y Juan, de un año. Se trata de la segunda vez que el presidente popular se reúne con el Pontífice, ya que el pasado mes de enero fue recibido en audiencia por el Pontífice en Roma. Benedicto XVI tuvo palabras y gestos cariñosos para los dos hijos de Rajoy y acarició al pequeño. Luego se hizo una foto con la familia. Antes, durante el oficio, el Pontífice dio la comunión a Rajoy, así como al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. El que no acudió a la misa del Santo Padre fue José María Aznar, al que algunos esperaban.