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Ecología y comportamiento de la perdiz roja aplicados a la repoblación
La recuperación de la perdiz roja silvestre en nuestros campos es posible a partir de las poblaciones autóctonas, siempre y cuando presenten unos efectivos mínimos
La investigación llevada a cabo ha dado lugar a un trabajo de tesis doctoral titulado «Determinación de los principales parámetros ecoetológicos de la perdiz roja y su aplicación a la evaluación de animales destinados a repoblación». La realización de esta Tesis Doctoral sobre perdiz roja se engloba dentro de las actividades llevadas a cabo por el equipo investigador del Departamento de Producción Animal II de la Facultad de Veterinaria de León, dirigido por los doctores Vicente Gaudioso Lacasa y Marta Elena Alonso de la Varga, gracias al Proyecto de Investigación «Reproducción de especies cinegéticas autóctonas de caza menor», financiado por la Excma. Diputación Provincial de Valladolid. El presente trabajo analiza datos recogidos durante ocho años de investigación, agrupados en tres protocolos. En primer lugar se ha constatado la evolución del medio físico y de las poblaciones naturales de perdiz roja. Se pretendía conocer la respuesta real de las poblaciones de perdices silvestres frente a mejoras introducidas en su hábitat. En una finca experimental de poco más de 300 hectáreas de la provincia de Valladolid se implementaron diversas medidas de gestión del medio. La respuesta de la población perdicera de la finca experimental fue positiva, con un incremento constante del número de efectivos de la especie, pasando de 12 parejas en primavera y 51 perdices en otoño de 1996 a 35 parejas en primavera y 265 perdices en otoño de 2004. En conjunto, se favoreció más una disminución de las causas de mortalidad que un aumento de la natalidad natural de las perdices. Respuesta de huída Otro de los aspectos analizados fue el etograma de huída de la perdiz roja. Se estudió la respuesta de huída de la perdiz roja silvestre y criada en cautividad con diferentes grados de intensificación, para lo cual se registró en video y analizó el comportamiento de escape de 147 perdices silvestres nacidas en libertad y capturadas en campo, 164 perdices procedentes de una granja cinegética comercial con sistema de cría intensivo y 62 perdices silvestres nacidas y criadas en cautividad (32 nacidas en incubadora y 30 nacidas a través de incubación natural por sus progenitores), resultando que a mayor intensificación del sistema de cría más atenuada era su respuesta de huída y, por tanto, menores probabilidades tendrían de sobrevivir tras su liberación al medio natural. La supervivencia e integración en el medio de la perdiz roja utilizada en repoblaciones fue el tercero de los objetivos a investigar. Se trató de conocer la efectividad real de las repoblaciones de perdiz roja, para lo cual se recurrió al marcaje de 277 individuos de diferentes orígenes y sistemas de cría (126 procedentes de granja cinegética comercial, 32 silvestres nacidas en cautividad en incubadora, 30 silvestres criadas por sus padres y 89 silvestres capturadas en el área de estudio), edades y sexos, con collares emisores de radioseguimiento, a lo largo de seis años y en distintas épocas del año (verano, otoño y primavera). La desventaja de nacer en incubadora Se obtuvo que ninguna perdiz nacida en incubadora, consiguió sobrevivir el tiempo suficiente como para criar en el medio natural, debido a que el deficiente comportamiento antipredatorio que desarrollaron facilitó la acción de los predadores al poco tiempo de sus correspondientes sueltas. Sin embargo, algunos ejemplares del lote de perdices silvestres nacidas en cautividad a través de incubación natural y criadas por sus padres, se incorporaron al plantel reproductor de la población natural en control y consiguieron sacar adelante varias polladas en libertad. Así pues, podemos afirmar que la recuperación de la perdiz roja silvestre en nuestros campos es posible a partir de las poblaciones autóctonas, siempre y cuando presenten unos efectivos mínimos, si bien es cierto que el esfuerzo que requiere es grande, y las mejoras a realizar numerosas, costosas y lentas en dar resultados. Las repoblaciones solo estarían justificadas tras la introducción en el medio de unas medidas de gestión orientadas a revertir las causas que han provocado la desaparición de animales autóctonos y deberían basarse, únicamente, en animales con una calidad ecoetológica suficiente, la cual podría establecerse, principalmente, a partir del estudio de ciertos patrones de comportamiento antipredatorio que permitan predecir, en cierto modo, la posibilidad de éxito real de esos animales una vez liberados en el campo.