Cerrar

Castilla y León, con más de 20.000 llamadas, es la segunda comunidad con más intervenciones

El Teléfono del Menor cuadriplica las consultas por acoso escolar

Las dificultades para relacionarse, una de las principales preocupaciones de los más jóvenes

Publicado por
Manu Mediavilla - madrid
León

Creado:

Actualizado:

Lo más llamativo del informe 2005 del Teléfono Anar de Ayuda a Niños y Adolescentes es el bullying o acoso escolar: las llamadas se han multiplicado por cuatro en el último año, hasta llegar al 9% del total. Pero el problema de fondo es la estruendosa incomunicación entre padres e hijos y la tendencia a mirar para otro lado. Andalucía (26.574), Castilla y León (20.417) y Madrid (12.105) son las tres comunidades que encabezaron en 2005 la lista de llamadas de orientación atendidas (116.780 en total) al Teléfono Anar. A continuación se situaron Castilla-La Mancha (11.181), el País Vasco (9.716), Extremadura (9.667) y Navarra (8.952). El octavo mayor número de comunicaciones correspondió a Cataluña (7.684), por delante de la Comunidad Valenciana (5.578) y Murcia (3.066). En undécimo lugar aparece Cantabria (1.625), seguida de La Rioja (1.613) y Canarias (1.601). A los chavales, por ejemplo, les agobian sus dificultades de relación (causa directa del 22% de sus llamadas, y del 48% de las consideradas «de orientación especial» por la gravedad del tema), pero sus progenitores sólo lo perciben parcialmente (9,3% de los contactos con la Línea del Adulto), aunque un 20% lo palpa en el entorno infantil y adolescente. Esta manía de ver como ajenos muchos problemas no es, sin embargo, exclusiva de los mayores de edad. También es compartida por los menores a propósito de realidades como las adicciones: el 18% de ellos y el 12% de los adultos las identifica como un elemento perturbador del entorno, pero apenas un 2% las señala como asunto propio y motivo directo de la llamada. El teléfono gratuito y confidencial de la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (Anar) cuenta ahora con dos líneas de orientación para niños (900 20 20 10) y adultos (600 50 51 52), y ha recibido 1,3 millones de comunicaciones desde su creación en 1994. Las niñas (73%) llaman el triple que los niños, los chavales de 14-17 años (67%) son los que más usan la línea del menor, y los adultos (el 36,38% marca el número para plantear problemas de menores de nueve años) cubren el vacío del grupo de menor edad, que apenas protagoniza el 2,42% de las llamadas. También los adultos De las 123.141 comunicaciones atendidas en el 2005 (350 diarias, un 45% más que el año anterior), 6.361 fueron consideradas de orientación especial, por requerir una valoración psicológica y abrir la posibilidad de una intervención o derivación a otros servicios y recursos por parte del equipo psicológico, social y jurídico. Esas llamadas especiales suelen aportar más información para un análisis a fondo del problema, y un 60% proceden de adultos, en cuya línea siempre «hay detrás un menor en riesgo», como subrayó ayer el director de Programas de Anar, Benjamín Ballesteros. Clasificadas las llamadas por el motivo que impulsó al comunicante a pedir orientación y ayuda, se llevan la palma las dificultades de relación y los problemas psicológicos (en ambos casos 22,15%), por delante de los problemas escolares (15,16%) y la violencia y el maltrato (14,85%). Aparte de la ya citada falta de conciencia de los adultos sobre los problemas de comunicación infantiles, llama la atención su elevada percepción (32,81%) sobre problemas psicológicos en el entorno del menor. En el ámbito escolar, el boom de las llamadas sobre acoso (dentro del 15% sobre violencia, el 'bullying' supuso el 19%) refleja la creciente conciencia sobre un problema que se ha asomado dramáticamente a los medios de comunicación en los últimos tiempos. Pero lo que más preocupa en el Teléfono Anar, según explicó ayer su directora Ana Belén Hernández, son los nuevos métodos de ejercer la violencia y de exhibirla: «Los menores no sólo agreden, sino que son capaces de grabar las imágenes en su móvil, pasárselas o incluso colgarlas en Internet». También hizo notar que esa práctica, favorecida por la disponibilidad de nuevas tecnologías, revela la existencia de cierto «poder adquisitivo, de ellos o de sus padres», y confirma que las diferentes formas de violencia, sea escolar o de género, recorren «todas las capas de la sociedad; no están sólo entre los desfavorecidos, sino que van subiendo por la escala social».

Cargando contenidos...