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Sólo entre 1989 y 1999 se crearon en España 800.000 hectáreas dedicadas al regadío

En la región mediterránea, los regadíosacaparan hasta el65 por ciento del agua

En el último medio siglo, las precipitaciones de la zona se han reducido en un 20%

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M. García - león
León

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La organización ecologista WWF/Adena ha dado a conocer el informe «Sequía en el Mediterráneo» en el que se pide reorientar las políticas en la utilización del agua para evitar que empeore la situación de las personas y el medio ambiente, ante la previsión de sequías más frecuentes y severas en el Mediterráneo. El estudio muestra que la superficie regada en la región mediterránea se ha duplicado desde la década de 1960, llegando a consumir el 65% del total de agua utilizada en la zona. En España, sólo en la década 1989-1999 se crearon unas 800.000 hectáreas de regadío (un incremento de 31,7%), superficie similar a la de la Comunidad de Madrid. De este modo, el regadío se ha convertido en el mayor consumidor de agua dulce del Mediterráneo, por lo que se insta a las autoridades a que dejen de subvencionar y potenciar esta actividad. Las subvenciones de la UE y los gobiernos nacionales han estimulado el abandono o la transformación a regadío de los cultivos de secano, convirtiendo a cultivos antes no regados, como el viñedo o el olivar, en los mayores consumidores de agua de cuencas como el Alto Guadiana o el Guadalquivir. Las políticas agrarias han favorecido, además, el crecimiento de otros cultivos de regadío, consumidores de grandes cantidades de agua. En los países fuera de la UE los consumos de agua en agricultura son aún más elevados a causa de la utilización de métodos de riego ineficientes. Según Lucía de Stefano, responsable de Política de Aguas de WWF/Adena, «el desarrollo rural no puede seguir siendo sólo sinónimo de regadío. Es necesaria una planificación estratégica de la agricultura para ver, región por región, cuáles son los cultivos viables económica, social y ambientalmente. Si el agua no se gestiona de modo más racional, la sequía se transformará en crónica». Los países mediterráneos europeos han experimentado ya una reducción del 20% en las precipitaciones y un aumento del consumo del 59% en el último medio siglo. Los de mayor aumento en la demanda de agua han sido Francia, Turquía y Siria. La extrapolación de las tendencias actuales muestra un descenso continuo en las precipitaciones y un aumento de la demanda del 25% para 2025 en las orillas orientales y meridionales del Mediterráneo, especialmente en Egipto, Turquía y Siria. El agua en España Según el informe de WWF, España es el país del planeta con mayor cantidad de embalses por habitante, unos 1.300, que tienen capacidad para almacenar 50.000 hectómetros cúbicos de agua. Además, es uno de los países que más agua consume, cerca de 900 metros cúbicos por habitante y año, sólo superado por Portugal (1.020). En el estudio se advierte, además, que el turismo es uno de los principales consumidores de agua en nuestro país, y se pone el ejemplo de que existen 275 campos de golf y se prevé la construcción de otros 300. Conviene recordar que cada una de estas instalaciones consume la misma cantidad de agua que una población de 15.000 personas. Desde la citada organización se viene pidiendo de forma reiterada un planteamiento plurianual para la agricultura española en general, y el regadío en particular, en el que se deberían tener en cuenta la repercusión sobre el sector de las últimas reformas así como los efectos de las sequías, del cambio climático y del aumento de demandas para otros usos en la disponibilidad de agua para riego. En este marco, debería plantear cuáles son los cultivos de regadío sostenibles y con futuro, cuyo acceso al agua se deberían priorizar, así como, considerar el impacto del regadío sobre los recursos naturales y la biodiversidad, especialmente en aquellas zonas que están sufriendo un importante estrés hídrico. Recuerdan que, según datos oficiales, existen en España unos 510.000 pozos ilegales de los que se extraen al año más de 3.600 hectómetros cúbicos de agua con la que se riega aproximadamente la sexta parte de los cultivos de regadío.