Los egipcios elaboraban vino blanco 1.500 años antes de lo que se creía El campo magnético de los agujeros negros ayuda a explicar cómo se «alimentan» Unas 600.000 parejas españolas tienen problemas de infertilidad

Así se desprende de una investigación de la Universidad de Barcelona en la que se explica que las tres ánforas encontradas en la cámara funeraria de Tutankamon contenían tres tipos distintos de vino: blanco, tinto y tinto dulce. El estudio es el primero en el que se ha logrado distinguir tres tipos distintos de vino de más de 3.000 años de antigüedad y se ha basado en el análisis de muestras de polvo que quedó en los recipientes siglos después de que el vino se evaporase. Tras utilizar técnicas de cromatografía líquida, para separar los ingredientes del residuo, y espectrometría de masas, para identificar cada uno de ellos, se ha podido probar que los egipcios ya elaboraban vino blanco 1.500 años antes de lo que se pensaba hasta ahora. Utilizando el telescopio de rayos X Chandra, un equipo internacional de científicos ha podido descubrir que, junto a la atracción gravitatoria de los agujeros negros, en el campo magnético se encuentra la clave para explicar como se alimentan engullendo la materia de su entorno. Tras observar un sistema binario situado a 10.000 años luz de la Tierra, comprobaron que alrededor de uno de los agujeros negros se forma un disco de gas y polvo que emite rayos X, y que debería quedarse alrededor del agujero, a menos que por algún fenómeno girase hacia su interior. Los astrónomos han comprobado que el campo magnético alimenta el viento del gas provocando que la materia pueda precipitarse en el agujero. Según los expertos en técnicas de reproducción asistida, el estilo de vida y la edad cada vez mayor a la hora de concebir un hijo, provocarán en los próximos años un aumento del número de parejas infértiles. En la actualidad hay en España unas 600.000 parejas con este problema, de las que 60.000 recurren a técnicas para tener descendencia. Rafael Bernabeu, del Instituto Bernabeu de Alicante, ha afirmado que está demostrado que los tóxicos que se respiran o están incluidos en la cadena alimentaria, como plomo, aluminio o hidrocarburos, afectan en la síntesis de espermatozoides, y que las dioxinas presentes en los envases de plástico, pueden provocar endometriosis en las mujeres.