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Es posible detectar huellas dactilares en superficies metálicas como fragmentos de bombas

Novedosas técnicas forenses permiten mejorar la lucha contra la delincuencia La proteómica detectará hasta los hábitos de los delincuentes

Se investigan las propiedades de las huellas dactilares y cómo cambian con el tiempo

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T. Fernández - león
León

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Un aparato portátil para análisis del ácido desoxirribonucleico (ADN); nuevos métodos de identificación de las huellas dactilares mediante análisis de los cambios de color de los productos químicos y una técnica astronómica que mejora las imágenes captadas a larga distancia por las cámaras de TV en circuito cerrado (CCTV), son algunas de las nuevas tecnologías al servicio de la policía, según informa el especialista David Welsh. Estos son sólo algunos ejemplos de investigaciones patrocinadas por el Engineering & Physical Sciences Research Council (EPSRC) dentro de un programa de tecnología forense, con el fin de «hacer una sociedad más segura. Estos avances en la tecnología forense están siendo cada vez más útiles para resolver los delitos masivos (robos de coches o en viviendas), y no sólo los más graves. Sobre todo, las nuevas técnicas de estudio del ADN están siendo muy beneficiosas para conseguir una sociedad más justa, más segura. Una técnica pionera de detección eléctrica de las huellas dactilares permite recuperarlas de superficies metálicas, como los cartuchos o fragmentos de bombas, de las que hasta ahora resultaban muy difíciles de identificar. Es el fruto del trabajo de ingenieros de la universidad de Gales-Swansea, en colaboración con técnicos del Forensic y de la compañía QinetiQ, especializada en tecnología de seguridad y de la defensa. Esta solución se basa en las mínimas reacciones electroquímicas que se producen cuando el sudor de la yema de los dedos entra en contacto con una superficie metálica. Mediante una sonda Kelvin (un instrumento que puede detectar pequeñas diferencias de potencial en una superficie), los cambios causados por esas reacciones permiten obtener una huella dactilar en superficies metálicas que han soportado temperaturas hasta de 600º C. Huellas dactilares Otro equipo de investigadores del King's College de Londres trata de descubrir más propiedades químicas de las huellas dactilares y cómo cambian éstas con el tiempo. Además de ayudar a la policía, esta técnica permitirá saber más sobre una persona, por ejemplo si es fumadora o si ha estado en contacto con drogas como la cocaína o la metadona. Pero a diferencia de lo que sucede con las huellas dactilares (que los delincuentes tratan de evitar o borrar), es muy difícil no dejar otros tipos de huellas en el lugar del delito. Teniendo en cuenta este hecho, en algunos países la ley permite a la policía tomar huellas de las pisadas de los sospechosos sin su consentimiento y les atribuye la misma calidad como prueba que a las huellas dactilares o muestras de ADN. Hasta ahora, compulsar huellas de zapatos requería utilizar manualmente amplias bases de datos, un proceso demasiado largo y en gran parte subjetivo. Los investigadores de la universidad inglesa de Sheffield están desarrollando un nuevo sistema informático de reconocimiento de huellas que resulte más fiable para saber si un sospechoso ha estado en el lugar del delito. Este estudio podría ser el primer paso para disponer de un sistema unificado nacional de reconocimiento y comparación de huellas. La huella genética o análisis del ADN consiste en tomar pequeñísimas muestras de tejidos o fluidos corporales (piel, cabello, saliva, etc.) del lugar donde se ha cometido un crimen, o dejadas en armas u otros objetos, y analizar el perfil genético, único para cada persona. Ese perfil se compara con los de una base de datos o de otras muestras recogidas en otro lugar. Un equipo multidisciplinario de la universidad inglesa de Hull evita tener que enviar esas muestras a un laboratorio, ahorrando un tiempo precioso en la investigación policial. El analizador portátil de ADN reduce a menos de una hora el tiempo necesario para este análisis, frente a los dos días que se tarda normalmente si hay que enviar las muestras al laboratorio. El análisis del ADN consta de varios pasos: la extracción del ácido de la muestra, la amplificación y separación de los distintos tramos y la identificación de los tramos únicos que definen el perfil de cada persona. Los investigadores de Hull han resuelto el problema de integrar todos estos pasos en un solo instrumento portátil que produce resultados rápidos y exactos. Su objetivo es ahora conseguir que ese aparato funcione con pilas o baterías e iniciar cuanto antes las pruebas de campo. En el proyecto participan también el Forensic Science Service, el Centre for Integrated Photonics y la compañía Richardson Electronics (Europe). Químicos de la universidad de Southampton, en colaboración con LGC (antiguo Laboratory of the Government Chemist), están desarrollando también un método más rápido de análisis del ADN. LGC es una empresa de servicios de análisis y diagnóstico. El equipo investiga las posibilidades de eliminar el uso de productos químicos para el análisis genético. El análisis de las huellas dactilares, del ADN y de otras huellas biológicas está ampliamente reconocido en la ciencia forense. Pero los científicos creen que la proteómica (la ciencia de las proteínas) puede tener muchas posibilidades. Consiste en analizar las proteínas de las muestras recogidas en el lugar del delito, tanto para identificar a los delincuentes como a sus víctimas. Como complemento de las técnicas utilizadas habitualmente, el análisis de las proteínas y los metabolitos (sustancias que participan en el metabolismo humano) puede aportar nuevos datos al proceso de identificación de las personas. Por ejemplo, el origen de la sangre, su estado, las causas de la muerte o tiempo que lleva muerta la víctima e incluso datos sobre sus hábitos. Otro equipo de la universidad de Londres, bajo la dirección del doctor Mikhail Soloviev, pretende integrar dos de estas técnicas, la proteómica y la peptidómica, para aplicaciones forenses. El estudio, en el que colaboran el Forensic Science Service y el laboratorio HFL (Horse Forensic Laboratory), ha demostrado que antes de tres años la policía podría contar con nuevas técnicas más eficaces para luchar contra el delito.