Diario de León

EL PULSO Y LA CRUZ

La felicidad llama a su puerta

Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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LA SEMANA pasada terminaba invitándoles a dormir a pierna suelta. Es frase hecha para indicar que pueden estar tranquilos y felices. Que todo va bien, vamos. Bueno, pues basta que hayamos metido la cuchara en esa paella como para que alguien llegue a desmontarnos el escenario. O sea, que no nos hagamos ilusiones, que aún nos falta mucho -con Estatuto o sin él; con Santos Llamas en la Caja o sin él; con la Ponferradina en segunda o no; con la «extra» de julio o sin ella- para sabernos y ser felices en este León nuestro y en esta España que no parece tan nuestra. Resulta que la británica Fundación Nueva Economía (NEF) ha publicado los resultados de su estudio sobre la felicidad en el mundo. ¿Quieren saber cómo andamos de eso tan determinante en nuestras vidas que es la felicidad? Con los datos en la mano, España ocupa el lugar 87º en el cómputo de 178 países analizados en la búsqueda del Índice del Planeta Feliz. Lo original de este estudio es que combina algunos datos objetivos (esperanza de vida, equilibrio ecológico, desarrollo sostenible...) con la conciencia de felicidad de cada ciudadano (si se sienten poco o mucho felices). Y sale lo que sale, que probablemente está más próximo a la realidad que el dato que proviene sólo de índices de desarrollo económico. O sea, lo de nuestros mayores cuando dicen: «Antes teníamos menos, pero éramos más felices». Y así debió ser, en particular si echamos mano hoy día de los conocimientos que tenemos sobre el particular de los avatares de uno mismo y de nuestros familiares, amigos y convecinos. Cuánto drama, cuánto dolor, cuánto fracaso sueltos. O desatados, que así se enriquece la metáfora. Por otra parte, acaso no viniera mal que alguna otra Fundación se atreviera a abordar en el estudio la variante de la religiosidad. Sería interesantísimo conocer el resultado. Les acerco, a propósito, dos elementos de primera mano, que algo tienen que ver con la situación. Un familiar cercano me comentaba hace unos días lo impresionado que había quedado ante el testimonio del padre de una compañera de trabajo cuando éste expresaba sus sentimientos ante el hecho de haber perdido a su esposa después de una penosa enfermedad: seducido quedó mi pariente por la fortaleza y la serenidad que aquel hombre, profundamente creyente, mostraba ante pérdida tan entrañable. La fe cristiana era para él fuente firme de equilibrio y hasta de satisfacción. Por el contrario, recuerdo haber leído hace ya unos años que, en una encuesta realizada en una región española de fuertes raíces cristianas sobre la felicidad, resultaba que la mayoría de los cristianos «muy practicantes» eran, a la vez, «muy poco felices». ¿Cómo se «comen» estas contradicciones? No falta literatura, testimonial y científica, que insiste en la importancia de la fe religiosa -cristiana, en nuestro caso- para la salud física y psíquica; en una palabra, para la felicidad. ¡Mira tú que si es por ahí por donde encontramos un nuevo filón para llevar a cabo en nuestros días la nueva evangelización! No pintaría mal poder presentar a nuestros conciudadanos la oferta de la fe como factor que contribuiría no sólo a escalar puestos en el Índice citado, sino y sobre todo a llegar a ser realmente más felices. Por intentarlo que no quede. Ahí queda como sugerencia para quienes sean los responsables de algunos «talleres» monográficos que se han de desarrollar en la V Semana de Pastoral, que ya tiene muy avanzada en su organización la diócesis de León. Será en los días del 11 al 15 de septiembre, y pretenderá quedar enmarcada en el objetivo de este curso, consistente primordialmente en la intensificación del anuncio del Evangelio: «Id y haced discípulos». Después de haber trabajado por poner a Cristo como único cimiento y de haber intentado ser piedras vivas en el edificio, ahora llega el tiempo de echarse a las calles y de buscar nuevos componentes del ensamblaje eclesial. Para quienes están interesados en participar en esta Semana y no tengan a mano otra manera de enterarse, sepan que les pueden atender en el Seminario, al lado de la Catedral, de lunes a viernes, de 11 a 13 horas. Aprovechen la oportunidad. Vela ahí que hasta se pueden encontrar a la puerta con la mismísima felicidad. La ocasión la pintan calva.

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