Diario de León

Los malos hábitos alimentarios causan cálculos renales cada cinco años

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Yaiza Bañuls - madrid
León

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Uno de cada dos pacientes que ha padecido cálculos renales vuelve a desarrollarlos transcurridos menos de cinco años. Al cabo de diez años la cifra asciende al 70%. Este problema, que afecta al 5% de la población, se ha multiplicado en los últimos años debido sobre todo a los malos hábitos de vida en los países desarrollados. La mala alimentación y el sedentarismo hace que la formación de estas piedras sea más común entre los 28 y los 50 años de edad. El perfil del paciente es un varón de edad media, que vive en un país occidental y lleva una vida poco activa. En las mujeres son más comunes los cálculos renales de origen infeccioso porque están más expuestas a las infecciones de orina. Según el doctor Juan Antonio López-García, coordinador del Grupo de Litiasis de la Asociación Española de Urología (AEU), «hay que buscar el tratamiento específico para cada caso ya que cada litiasis es diferente». El dolor conocido como cólico nefrítico, la sangre en la orina y la infección son las manifestaciones clínicas más frecuentes de este trastorno. La dieta y el consumo de líquidos son factores que influyen directamente en la formación de piedras renales. Las personas que consumen poca cantidad de líquidos presentan mayor riesgo de desarrollar cálculos y, por el contrario, el riesgo se reduce en aquellas personas que mantienen mayor nivel de hidratación. Respecto a la dieta, la ingesta de alimentos altos en proteínas de origen animal como la carne, las dietas ricas en sal y azúcares insaturados de absorción rápida como la bollería industrial favorece la formación de cálculos renales. Según el coordinador del Grupo de Litiasis de la AEU, «las dietas que predominan en los países con un elevado nivel de vida favorecen la aparición de litiasis porque tienen un alto contenido en proteínas». Varios tipos En población adulta existe otro tipo de litiasis, que es la de ácido úrico. El riesgo de padecerla aumenta con la edad y tiene relación directa con las alteraciones metabólicas que influyen en la composición de la orina. Éstas pueden ser de origen hereditario, adquiridas por una mala alimentación o por una baja hidratación. En todos estos casos el resultado es el mismo, una orina rica en sales que aceleran la formación de piedras. En la mayoría de los casos, los cálculos se expulsan de manera espontánea a través del sistema urinario. Sin embargo, hay algunos cálculos que durante la expulsión producen dolor en la micción, sangre en la orina e infección. Es entonces cuando existe un riesgo grave. Los urólogos dan una serie de consejos para prevenir la formación de piedras renales. Recomiendan la ingesta abundante de líquidos, repartida de forma uniforme a lo largo del día para ayudar a que el organismo esté bien hidratado. La alimentación debe ser ligera con predominio de alimentos vegetales y poca sal. Y es fundamental informar al especialista de los medicamentos que se toman por cualquier otra patología.

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