Diario de León

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AUNQUE se ven, causan alguna perplejidad las gentes que pescan en las aguas enlodadas del Bernesga cuando pasa por esta capital cazurreada en la que siempre el río mantuvo tipo, curvas y pedreras hasta que se gastaron un porronísimo en robarle el dibujo y meterle preso entre cementos (lo raro es que, además, no hayan construído encima). Algunas veces se ve alguien pescando cerca de los puentes. Peces hay. Mierda también. Y agua... meadita de verano en la que boquean barbos, bogas y algunas bermejuelas con la que antes se hacía la añorada sopa empimentonada para que, así, los peces brincaran y bailaran en la andorga haciendo un villancico estival. Pesqué de guaje todo lo que se podía pescar en este río huroneándolo desde Armunia hasta Carbajal. No había apresamientos; sólo uno o dos puertos mandando el agua a los prados. Al Bernesga entonces le tenían muy ajusticiado en roblas y gordones con mucho lavadero de carbón, mucha jeta y mucho consentimiento y hasta León y Palanquinos ponía morenas la carbonilla toda pedrerona y bancal de arena. Con una vara y un sedal éramos los reyes del Missisippi. Y con sólo un ladrillo se pescaban dos o tres cangrejos (a ladrillazos, no; dejándolo en el fondo para que se guarecieran en los furacos). También el río tenía entonces su cuota de porquerías y vertidos, pero en los pueblos entonces no se tiraba la mierda al agua porque tenía su valor y se vendía o aprovechaba. Hoy, sin embargo, la contaminación empieza su carrera en las mismísimas fuentes (las prístinas fuentes, diría un poeta local). Lo que hoy se pregunta cualquiera viendo pescar a estas gentes en estas balsas de decantación es si se comerán también las capturas, esos peces. Pues claro; ¿para qué pescar, si no?... Pero estarán contaminados esos peces. No mortalmente; buena señal; la abuela los come y cose sin gafas. Hay organismos que por estar envueltos en contaminaciones se han adaptado ya a ellas adelantándose a las vísperas y aventajándonos en sistemas inmunológicos. Pues no pueden estar bien nadando en mierda. Hombre, también nosotros estamos envueltos en contaminaciones y corrupciones generalizadas y no por ello dejamos de ser gente sana... Pues bien, las bermejuelas de estos ríos, lo mismo.

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