De cresta en cresta en Ladakh

Hola amigos. Os escribo desde Nueva Delhi, donde hoy mismo he llegado procedente del norte de La India, concretamente del Ladakh. Ladakh es exactamente igual que el Tíbet: mismo paisaje, misma climatología e incluso las mismas gentes, que prácticamente mantienen las tradiciones culturales y religiosas que sus vecinos tibetanos, sólo que con una gran diferencia: libertad, cosa que no pueden decir estos últimos, ya que han sufrido y aún lo hacen el yugo opresor de China. Ladakh es un lugar fascinante, donde todavía los turistas son escasos y las montañas están casi todas por descubrir. Es un territorio situado a gran altitud y son incontables las cimas de mas de 6.000 metros. Es aquí donde he estado escalando durante todo agosto junto a 14 compañeros de diferentes provincias. Dada mi experiencia en estas tierras en las que he estado al menos en quince ocasiones, he podido guiar este grupo hacia una cumbre de 6.225 metros llamada Tsomorriri. Sólo antes había sido escalada una vez, y pretendíamos la primera repetición mundial. Para ello realizamos una aproximación de quince días que nos sirvió de aclimatación. Atravesamos lugares inéditos donde aún habitan tibetanos ancestrales, en modestísimas tiendas de tela y pieles donde viven todo el año pastoreando con sus yaks y ovejas todo el año, soportando temperaturas en invierno por debajo de los 40 bajo cero. Estas tribus son las últimas que quedan en la cordillera del Himalaya. Los paisajes son de una belleza mágica y los valles de dimensiones gigantescas, siempre flanqueados de gigantescas montañas, de más de 6.000 metros. Todos los collados superan de largo los 5.000 metros. Al final encontramos nuestro objetivo: el Tsomorriri. Escalamos esta preciosa cima de líneas muy alpinas en mitad de un temporal de nieve, y además el mismo día, cresteando por una de sus aristas, ascendimos otro pico aún más alto, de 6.351 metros, que bautizamos con el nombre de Pico España. La Pirámide de Carstenz Ahora, muy bien aclimatado, me dispongo a viajar a Nueva Guinea, concretamente a la región de Irian Jaya, donde está el pico mas grande de Oceanía: la Pirámide de Carstenz, de unos 5.000 metros aproximadamente. No es excesivamente alto pero las dificultades estriban en que es un escalada técnica sobre roca caliza, y en mitad de la segunda selva virgen más grande del planeta, donde llueve casi las veinticuatro horas del día. Tengo que llegar en helicóptero a un lugar determinado, y luego caminar con porteadores nativos hasta alcanzar su base, donde comenzaré la escalada cuando la climatología lo permita. Allí utilizaré de nuevo mi mejor arma: la paciencia, que tan buenos resultados me ha dado en anteriores expediciones. Esta montaña esta dentro de mi proyecto Desafío Extremo, y es una de las siete cimas más altas de todos los continentes. Espero poder enviaros crónicas desde estas lejanas y desconocidas tierras de Nueva Guinea, desde mi equipo satélite, algo perjudicado por las fuertes lluvias y nevadas que me han golpeado en el Himalaya. Por delante me esperan nuevas aventuras, esta vez muy exóticas pues, como dijo Henry Harrer, el primero que escaló esta mole, «vengo de la edad de piedra». Cierto, pues sin duda alguna aquí viven las tribus más aisladas y primitivas del planeta. Queridos lectores, es importante estar atentos a las crónicas que desde el otro lado del mundo os haré llegar gracias a la tecnología satélite. Os lo agradezco, como a mis patrocinadores. Desde la India, y pronto desde NuevaGuinea, un fuerte abrazo. ESCRIBE: