Cerrar

Los primeros análisis detectan al menos ocho contaminantes

Publicado por
Christian Casares - redacción | pontevedra
León

Creado:

Actualizado:

La situación de emergencia que se vive en el río Umia ha llevado a acelerar todos los trabajos. También los destinados a determinar qué es exactamente lo que ha ido a parar a sus aguas. Los primeros análisis, realizados por Labaqua, una empresa con sede en Santiago de Compostela, y a los que ha tenido acceso Diario de León, determinan la presencia de al menos ocho compuestos orgánicos que viajan en las aguas, que siguen cortadas al suministro. El de mayor concentración hallado es el estireno. Según los expertos consultados, se utiliza en la fabricación de productos como cauchos, plásticos y materiales aislantes. En contacto con el aire, el estireno se degrada con cierta rapidez, en uno o dos días, aunque en el agua su eliminación natural puede ser más compleja. En superficie la degradación es rápida, pero en aguas profundas o subterráneas puede permanecer hasta seis o siete semanas. Aunque los primeros análisis aún no proporcionan datos de concentración, sí avanzan de qué compuestos se trata. Entre ellos, el tolueno, un compuesto de, entre otras sustancias, las gasolinas. En aguas superficiales tiende a la evaporación y a ser degradado por microorganismos presentes en el agua. Una vez que el tolueno entra en el cuerpo humano, el 75% se elimina en las primeras doce horas. Entre los efectos que provoca estar expuesto a la sustancia figuran el dolor de cabeza, la somnolencia o la dificultad para pensar con claridad. Se ha detectado también xi-leno, un disolvente altamente inflamable que puede contami-nar manantiales de aguas si se filtra al subsuelo. El tetraclori-benceno, etilbenceno y trimetil-benceno, todas ellas sustancias contaminantes, también están en el Umia. Falta conocer en qué cantidad. Críticas de los ecologistas Diversos grupos ecologistas llamaron ayer la atención acerca del lugar en el que se ubicaba la planta de Brenntag en Caldas de Reis, en el curso del río Umia. Desde Greenpeace, el responsable de aguas de esta oenegé, Julio Barea, reclamó un ma-yor control. «Si se autoriza la ubicación de este tipo de plantas junto a las orillas de los ríos, deberían adaptarse medidas de protección en caso de fuga, como cunetas perimetrales con depósitos de seguridad», reclama Barea. Desde Adega llamaron ayer a las autoridades a hacer una reflexión sobre «a la oportunidad de ubicar una factoría de alto riesgo en la ribera del río».