Cosas de aquí | Del campo a la divinidad
Un vino para Santa María
Los viticultores y bodegueros del Bierzo ofrecieron ayer en el monasterio de Carracedo las primeras uvas de la cosecha del 2006, pidiendo a la Virgen protección para los viñedos
Los viticultores y bodegueros del Bierzo rindieron ayer homenaje a su patrona, Santa María la Real, en el acto de ofrenda a la virgen que se celebró en el monasterio de Carracedo, lugar en el que mora la imagen. En este segundo año, el Ayuntamiento de Arganza fue el encargado de realizar la donación a Santa María, para pedirle su amparo y protección en esta campaña. Desde primera hora de la mañana, una decena de chavales del municipio, ataviados con trajes típicos de la campaña de vendimia, acudieron a los viñedos para cortar los racimos que, después, ofrecieron a la patrona de los vinos y las viñas. Una vez realizada la labor, los pequeños se trasladaron hasta Carracedo del Monasterio en un improvisado carromato que emulaba a los antiguos carros, bajo la batuta de uno de los bodegueros del municipio, Prada a Tope. Al finalizar la misa, los chavales ofrecieron a los pies de la Virgen las primeras uvas de la campaña, que fueron prensadas para obtener el primer mosto. Con este simbólico acto, el Ayuntamiento de Arganza, quiso recordar su nexo de unión con el sector vitivinícola y con el campo en general. Durante su discurso, la concejala de Cultura, Eva Peral, pidió a Santa María la Real amparo para los viñedos y las gentes del Bierzo. Al tiempo, solicitó su intervención para dinamizar el sector y apoyo para la comercialización de los caldos de calidad. «Hablar de los vinos del Bierzo es hablar de calidad, procesos naturales, variedades autóctonas y señas de identidades propias. Ofertamos lo mejor de nuestras cepas y nuestro entrañable trabajo. Santa María la Real, en esta ofrenda simbólica del primer mosto de la vendimia 2006, te ofrecemos nuestras vides pero también nuestro esfuerzo diario, ilusiones, proyectos y esperanzas puestas en que nuestro vino sea cada vez más sabroso y competitivo» apostilló. En términos similares se expresó el popular bodeguero, José Luis Prada, que colaboró activamente en esta ofrenda a Santa María la Real. Prada fue más allá y, además de pedir protección y amparo a la patrona, y tras reclamar la dignificación para todos los que trabajan el campo, solicitó proteger el campo de la especulación y la dejadez, para poder «traspasar a nuestros hijos lo que heredamos de nuestros antepasados» recalcó Prada. Entre las anécdotas de la ofrenda, el párroco Jesús Álvarez, agradeció la presencia de bodegueros y viticultores a un acto que coincidió con la final del Mundial de Baloncesto. Eso sí, les adelantó que España iba ganando. Y por cierto, finalmente ganó.