CORNADA DE LOBO
Apresados (2)
ÍBAMOS muchos domingos de verano al Condado poque la familia había montado una sociedad industriosa con el molinero Severino para elaborar mantequillas y, con la disculpa de llevar o traer, nos transportábamos allí no pocas veces la familia, la veintena habitual. Durante algunos años, bastantes domingos de verano nos fueron molineros y de manteles en el soto con tarteradas y bullicio y chapoteos interminables y quieto Pedrín, que cobras... no te lo digo más veces. Si por las mañanas se pescaban a mano cangrejos en la presa, la tarde era para buscar el truchón que siempre se escurre bajo la estacada del puerto (más de uno enorme pescó allí Porfirio ante la angustia de espectadores y vigilantes que no acababamos de verle salir de aquella hondura). Pero la mitad de la emoción de nuestros domingos en el Condado estaba en el mero viaje, algo procelolso porque alguna vez lo hicimos en la caja de un camioneto Avia (tenía sólo tres ruedas y era el seiscientos de los camiones) recostados como jeques sobre sacos de salvao mejor mullidos que las butacas del Emperador... Así, con el viento en la cara para comerlo a mordiscos, cruzábamos los pueblos del Porma hasta que en Villanueva nos retenía siempre la fatalidad de aquella presa que lavaba todo el pueblo a lo largo y que necesariamente había de vadearse (no existían pontonas entonces) para poder seguir camino hasta el molino. Allí, en el vado de la presa, se ahogaba siempre el viejo coche de mi tío Vitalino con el que ruló en sus visitas veterinarias por el bajo Torío. El coche había sido antes un taxi paquetón y el agua le hacía el mismo daño que a su antiguo dueño, así que había que esperar algunos minutos a que secara el delco para librarle del ahogo o empujarle arremangando el pantalón. A la vuelta, sin embargo, nunca se le empantanaba el coche en este trago. Misterio. ¿Era una presa razonable y sentimental que no quería amargarnos el día en su final? Cara de contentos sí que nos veía. Esta presa que digo es la que están estrangulando aguas arriba, en Vegas del Condado, desollándola de orillas y metiéndole paramento de hormigón con tuberías de mastadonte. Le van a hacer minicentrales (iniciativa privada, que esta es otra, cartera particular en aguas del común; vaya).