Diario de León

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AL FINAL de ese pedazo tubo con boca tan grande como el ojete de un cíclope le ordeñarán al agua sus kilowatios. Y eso es bueno en cualquier tiempo, aun más en este que te cobra por un barril de petróleo el tesoro y la honra. No hay energía más limpia que la del agua que corre; ni más gratuítamente brindada. A entubar. Es lo que le están haciendo a la vieja presa de Vegas del Condado, tubazo al canto, soterramiento del cauce, desuelle de este antiguo corredor de peces y cangrejada, taladura y peladura de sus orillas hechas bardal, tributo de nuestros progresos. Si esta tierra, que cuenta con más de treinta mil kilómetros de lecho fluvial y otros ochenta mil de ríos del hombre, aprovechara los kilowatios que dejamos correr aguas abajo para perderse en el mar de la estulticia y para que no dejemos de comprarle la luz a quien nos vende oscuridades... si León restableciera e impulsara el aprovechamiento de sus saltos naturales y cauces fluyentes en los que se asentaron muchos viejos molinos maquileros hechos fábricas de luz, se proporcionaría calefacción y corriente gratis en cada casa durante todo el año y restaría un sobrante a vender que nos iluminaría alguno de los horizontes ahora cegados. Y nos reiríamos de la cotización del barril Brent y del jeque saudí que construirá mezquitas en nuestro barrio gracias a los incrementos periódicos e incesantes que pagamos en esta carrera delirante de la plusvalía petrolera. Soy muy partidario del aprovechamiento eléctrico de nuestras aguas en estas presas de borbotón viejo y hoy inútil, presas de tierra que nutren también todas las venas y reguerillas subterráneas tan fundamentales en los equilibrios naturales, presas que algún día serán cegadas o desecadas para que corra el agua sólo por cemento ingenieril. Son esas minicentrales que el ecologismo enhiesto reclamaba ante el mastodóntico embalse de Riaño. El agua es de todos, como su aprovechamiento y renta. ¿No es sospechoso que la ordeñen entonces manos privadas, carteras codiciosas?... ¿Por qué los ayuntamientos y concejos no quieren explotar esta energía para el común? Si le interesa a una empresa, ¿por qué no al común vecinal?... ¿Quién compra aquí, quién paga, quién unta, quién salta de alegría?... Conclusión: o somos tontos... o corruptos de calderilla.

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