Diario de León

El control de la especie con mecanismos cinegéticos aumenta el número de ejemplares

El Plan de Gestión del lobo contempla que puede cazarse al sur del Duero

El proyecto se revisa cada diez años y supone una inversión de cuatro millones de euros

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T. Fernández - león
León

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La Consejería de Medio Ambiente ha elaborado el Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León, actualmente en fase de información pública, un documento en el que se ha contado con las opiniones y sugerencias de los colectivos de ganaderos, conservacionistas y cazadores, así como de técnicos, universidades y la UE, que será la encargada, finalmente, de examinar la compatibilidad entre este plan y las normativas comunitarias. Entre las novedades que se incluyen en el texto destaca, como medida de gestión, la posibilidad de extender el aprovechamiento cinegético de la especie a toda la Comunidad. En la actualidad, la directiva europea Hábitat considera al lobo como especie cinegética al norte del Duero y como protegida al sur del mismo, lo que dificulta el manejo de la especie. Según ha explicado el consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, «el Plan de Gestión contempla actitudes preventivas relacionadas con la ganadería, que se vienen aplicando desde el año pasado, como ha sido la puesta a disposición de los ganaderos de 50 perros mastines, que son aportados gratuitamente por la Consejería». Para este año se incluirán, además, los costes de manutención y entrenamiento de los perros durante los dos primeros años, a razón de unos 130 euros/año. Carriedo recordó, además, «que se está apoyando a los ganaderos en la instalación de vallados protectores, se mejorará el sistema de compensación de seguros, reduciendo el periodo de aviso de 96 a 48 horas, facilitando al ganadero la presentación de la documentación y haciendo que el teléfono 112 sirva de referencia para comunicarse más ágilmente». El Plan de Gestión comprende, además, medidas relacionadas con la caza deportiva y control de la especie, la minimización de las causas de mortandad debidas a accidentes, un mayor conocimiento de la ecología del lobo, así como incrementar la información y sensibilización y convertir a la especie en un elemento motor más en la economía de las comarcas loberas mediante el desarrollo de un posible turismo asociado a la especie. El Plan será revisado cada 10 años y supondrá una inversión de 4 millones de euros, de los que el 60% se destinarán a prevención de ataques y compensación de daños. Convivencia Durante los últimos treinta y cinco años el lobo ha experimentado en Castilla y León un lento pero continuo incremento poblacional. En 1970 su presencia se reducía a una franja que abarcaba el oeste de Zamora y León, la zona norte de León y Palencia, y pequeños núcleos en la frontera de Salamanca con Extremadura y en la tierra de pinares entre Burgos y Soria. Los datos referidos al año 2005 reflejan que está presente en todas las provincias (falta al sur de Salamanca y Ávila y al este de Soria) calculándose que hay 149 grupos reproductores seguros con una población mínima de 1.500 ejemplares. Según Fernández Carriedo, el principal problema de la presencia del lobo es la dificultad de convivencia con el ser humano. Aunque en los últimos años, se ha producido una media de 580 ataques al ganado, denunciados y acogidos a ayudas, con una media de reses muertas de 2.200 cabezas de ganado ovino y 220 de vacuno, se han reducido los conflictos y las actitudes de venganza que pudieran existir, así como las consecuencias negativas sobre otras especies protegidas. «El control de la especie en determinadas zonas, incluso a través de mecanismos cinegéticos, está demostrando de forma evidente que permite aumentar el número de ejemplares de la especie y garantizar su supervivencia», concluyó Carriedo

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