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Japón ya tiene heredero

La interminable espera de la familia imperial japonesa ha llegado a su fin con el nacimiento, ayer, del primer varón en cuarenta años, hijo del Akishino, hermano del príncipe heredero

El príncipe Akishino, padre del recién nacido, junto a sus hijas Mako y Kako

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afp | tokio
León

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La princesa Kiko, una plebeya de clase media de 39 años considerada una madre modelo, puso fin a la interminable espera de la familia imperial japonesa al dar a luz ayer al primer heredero varón en más de cuatro décadas. Esta menuda princesa que en público nunca abandona la sonrisa es un ama de casa dedicada a sus dos hijas, Mako, de 14 años, y Kako, de 11. Los medios de comunicación japoneses la presentan como la antítesis de su cuñada Masako, esposa del príncipe heredero Naruhito, de 42 años, que se recupera con dificultad de una larga depresión tras haber sufrido enormes presiones para ofrecer a Japón un pretendiente varón al Trono del Crisantemo. El nacimiento impulsa inevitablemente a Kiko a primera plana y relega a la frágil Masako, una ex diplomática, políglota y graduada en Harvard, que abandonó una prometedora carrera para sumarse a la familia imperial. La princesa Kiko, que festejará el 11 de septiembre su 40 cumpleaños, es la segunda plebeya que pasó a formar parte de la familia imperial al casarse con Akishino, hijo menor del emperador Akihito, siguiendo los pasos de su suegra, la emperatriz Michiko. Pero contrariamente a Michiko, nacida en una familia de industriales muy adinerados, Kiko fue criada en un hogar de clase media en Tokio, como decenas de millones de sus compatriotas. Conoció a su futuro esposo, el príncipe Akishino, a los 18 años, en la prestigiosa universidad privada de Gakushuin, frecuentada por la familia imperial, donde su padre Tatsuhiko Kawashima era profesor. Conocida por su discreción, se considera que Kiko se lleva muy bien con su suegra Michiko, quien la ayudó a adaptarse al protocolo imperial. Kiko realiza actividades caritativas para la Cruz Roja japonesa, cuya suegra es presidenta de honor. Habla inglés y alemán, lenguas que aprendió en estancias con su familia en el extranjero.

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