Diario de León

A por la «Doctora Remolacha»

Más de 80 científicos de todo el mundo piden el cese de la ministra de Salud de Sudáfrica, para quien una dieta de ajo, remolacha, patata y limón lucha contra el sida mejor que los antibióticos

La ministra sudafricana de Salud, Manto Thsabala-Msimang

La ministra sudafricana de Salud, Manto Thsabala-Msimang

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efe | johanesburgo

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Un Premio Nobel y 60 científicos se unieron ayer a quienes piden el cese de la ministra sudafricana de Salud, Manto Thsabala-Msimang, también conocida como «Doctora Remolacha», por los fallos de su estrategia para luchar contra el sida. En una carta dirigida al presidente sudafricano, Thabo Mbeki, un total de 81 firmantes han calificado de «ineficaz e inmoral» la política de la ministra. «Hacemos un llamamiento para el inmediato cese de la doctora Tshabala-Msimang como ministra de Salud, y por el final de una política desastrosa y pseudocientífica que le ha caracterizado», declaran los miembros de la comunidad científica. Según asegura la carta, es una «vergüenza» para el Gobierno sudafricano tener una ministra de Salud que «no cuenta con el respeto internacional». Entre las firmas se incluyen líderes académicos de diversas instituciones internacionales, como la Universidad de Harvard, especialistas del sida, microbiología, hematología, inmunología y biología molecular y celular. También respaldan la misiva el Premio Nobel de la Paz David Baltimore, así como Robert Gallo, responsable de desarrollar el primer examen sanguíneo del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y uno de los descubridores de que el VIH sea el causante del sida. En la carta, fechada el 4 de septiembre y dada a conocer ayer públicamente, se mantiene que la única medicación existente y que alivia las consecuencias del VIH es la antirretroviral. «Las evidencias que apoyan estas declaraciones -aseguran- son aplastantes y van más allá de cualquier disputa». La ministra Tshabala-Msimang se ha convertido en la figura del Gobierno sudafricano que más críticas ha recibido últimamente por persistir en su idea de que una dieta a base de ajo, remolacha, patata y limón sirve para luchar contra el sida, una idea que, según los expertos, no tiene ninguna base científica. A causa de esa insistencia, la ministra se ha ganado el apodo de «Doctora Remolacha», un título que, según dice, no le molesta si con ello consigue convencer a la gente de su idea.

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