| Visto y oído |
Castilla bebe más agua que vino
León va a la feria de Valladolid Mucha agua y poco vino es lo que se está bebiendo este año en la caseta del Centro de León «Virgen del Camino» de Valladolid que, un septiembre más, está sabiendo estar a la altura de las circunstancias en la Feria del Folklore y la Gastronomía que estos días se celebra en la capital pucelana. Y es que las altas temperaturas y la puesta en marcha del carnet por puntos también han hecho mella en el consumo de vino de la tierra que habitualmente se produce en estas casetas gastronómicas. Así nos lo explicaban Loli y Jose y su mujer, tres conocidos miembros del Centro leonés que, como otros muchos, se transforman estos días en impagables camareros que lo mismo te cortan una ración de cecina de Cistierna como, te desmenuzan una morcilla de Saelices de Sabero o te sirven un botillo del Bierzo. Todo de León, hasta el agua, que ya les digo que este año ha habido que hacer un pedido extra porque el personal era reacio a entrar en calor, -y en graduación alcohólica-, con los vinos de la provincia. La ración de chorizo de venado entrecallado, también de Cistierna, es la gran novedad en la edición de este año. ¡Para chuparse los dedos!. Pedro y Regina, 50 años juntos Hoy, Pedro Delgado (nada que ver con el conocido ciclista y afamado comentarista radiofónico del mismo nombre) no subirá al campanario de la iglesia parroquial de Villabalter parta llamar a sus convecinos a misa. Y no lo hará, a pesar de ser el campanero oficial de la localidad desde tiempo inmemorial, porque mientras el párroco se reviste para el acontecimiento, él estará haciendo lo mismo, estará vistiendo con acentuado nerviosismo sus mejores galas para acompañar nuevamente al altar a su mujer, a Regina Álvarez, con la que reafirmará su matrimonio después de 50 años de compartirlo todo. Pedro Delgado es un hombre singular, abierto y simpático, que durante muchos años ha tendido como afición muy especial y casi podríamos decir como auténtica profesión, la de lanzar desde la espadaña de la torre parroquial las llamadas que movilizan a las gentes del tranquilo pueblo cercano a la capital. Con los sones de las campanas citó a los convecinos a fiesta o a duelo, les llamó para reunirse en concejo, o para luchar contra el fuego¿ Hoy las memorias de Pedro y Regina volarán en el tiempo, revivirán en unos instantes los apretados capítulos de su pequeña historia cotidiana.