Diario de León

EL PULSO Y LA CRUZ LITURGIA DOMINICAL

En marcha, que es hora La voz y la escucha

Publicado por
ANTONIO TROBAJO JOSÉ ROMÁN FLECHA ANDRÉS
León

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ESTO marcha. Se inician el curso político, judicial, escolar... y pastoral. Algo ya les hemos adelantado en entregas anteriores. Ahora, por lo que respecta a León, baste recuperar la noticia de que pasado mañana, por la tarde, se pone en marcha la 5ª Semana de Pastoral, que se prolongará hasta el viernes inclusive y que se inscribe en la atmósfera que pretende crear el programa Pastoral para estos meses. Éste, enmarcado en la frase evangélica: «Id y haced discípulos», tiene como objetivo principal el esfuerzo por que la diócesis leonesa redescubra su compromiso de anunciar el Evangelio a todos, con particular cercanía a los que se suelen llamar «alejados» de la práctica religiosa, o sea, a los que se llaman católicos aunque apenas participen o no participen en la vida, celebraciones y preocupaciones de la Iglesia Católica. En España se calcula que estos «católicos nominales» suponen el 65 % de la población, frente a un 20 % de católicos practicantes y un 15 % de ateos, indiferentes o de otras confesiones religiosas. Mucha tarea tenemos por delante. Menos mal. Porque si con todo este horizonte andamos de cansinos como andamos, ¿cuáles no serían nuestras siestas si las estadísticas invirtieran los términos? Y es que son muchos años de fe triunfante y es que son muchos siglos de minoría de edad de los seglares y es que son muchos milenios de guiarnos por la ley del mínimo esfuerzo. ¡Para que luego digan que el «pecado original» es un mito bíblico! A lo que iba: que el próximo lunes, a partir de las cuatro y media de la tarde, en las dependencias del Seminario Mayor y de la Casa de la Iglesia (Plaza de Regla, nº 8), arranca la 5ª Semana de Pastoral, que tratará el primer día de las «Unidades Pastorales» (la nueva forma de animar la vida cristiana en las comunidades parroquiales dispersas) y el último presentará el Programa Pastoral para el curso 2006-2007; en los días intermedios (martes-jueves) las 481 personas inscritas se distribuirán por los doce «talleres» o cursillos monográficos, donde podrán enriquecerse con ideas y propuestas en torno a asuntos centrados en los objetivos específicos y operativos del curso. Los títulos y responsables de esos talleres, en el orden que ha fijado la dirección, serán los siguientes: «Para una nueva evangelización» (encomendado a quien suscribe), «Los cristianos ante los retos de las nuevas pobrezas» (Escuela U. de Trabajo Social, León), «Familia y evangelización» (José Román Flecha, Salamanca-León), «Pastoral rural misionera» (Julio Calvo, del Movimiento Rural Cristiano), «El Padrenuestro (2ª parte)» (Luis Glez. Morán, Oviedo), «El rostro de Dios en los pobres» (Antonio Heredia, Granada), «Identidad y misión del Profesor de Religión» (Carlos Esteban Garcés, director de la revista «Religión y Escuela», Madrid), «Pastoral Obrera, campo de experimentación de parroquia misionera» (Gregorio Burgos, Delegado de P. Obrera, Miranda de Ebro), «Evangelizar con y desde el Patrimonio Histórico-Artístico» (Máximo Gómez Rascón, León), «Acompañamiento a los que viven en situaciones límite» (P. Miguel Pajares, OH., León), «Descifrando códigos con los jóvenes» (Miguel Pérez García, Aguilar de Campóo, Palencia) y «Simbolismo litúrgico» (Luis García Gutiérrez, León). Tomen nota y vean por dónde se esfuerza en andar la Iglesia de Jesucristo, tantas veces acusada de «angelismo» (o sea, de andar por las nubes) o de «clientelismo» (o sea, de barrer para casa). Ni lo uno ni lo otro. Lo suyo es «ser-para-los-demás». Como lo fue el protagonista de lo siguiente. Ha muerto el Padre Albano, un carmelita bueno, sabio y dinámico como pocos. Sabía de todo, hablaba de mucho y escribía especialmente de historia leonesa. Y todo con el mismo ardor que puso en resistirse a las embestidas de la enfermedad. Era un hombre de extraordinaria cordialidad detrás de los gruesos cristales de sus gafas. A nadie negó jamás la paz y la palabra. Por eso estamos seguros de que ahora ya, inundado por la Palabra, gozará de la Paz definitiva. Una noticia gozosa: ayer Cáritas de León inauguró un Centro de Formación destinado a adolescentes y jóvenes en riesgo de exclusión. Fenomenal. «SE despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará». La lectura de estos versos nos traslada a un lugar y un tiempo de esperanzas colmadas. Con esas imágenes la profecía de Isaías (35, 4-7) anunciaba los futuros tiempos mesiánicos. No eran ésas las únicas promesas. El profeta miraba a su alrededor y veía una paramera. Así que anunciaba tiempos de manantiales y torrentes, de aguas y estanques en la estepa. ¡Demasiado hermoso para cumplirse!, se dirá. Muchas de esas promesas pueden ser alcanzadas por medios técnicos. Pero la profecía apuntaba a lo esencial. Esas esperanzas eran el reflejo de una humanidad que busca en Dios la salvación integral de la persona y la sociedad. Es bueno evocar esas esperanzas, por utópicas que parezcan, ante las Jornadas Diocesanas de Pastoral. Por difícil que parezca la tarea, nadie puede caer en la tentación de abandonarla. El Evangelio genera un mundo nuevo. La evangelización es la tarea de la vida cristiana. Divino y humano El evangelio de hoy nos cuenta que a Jesús le presentaron un sordo que apenas podía hablar. Las gentes le pidieron que le impusiera las manos. Pero Jesús lo apartó de la multitud, y practicó con él un breve rito. Acercó sus dedos a los oídos y a la boca del enfermo y pronunció palabra «Effetá», que significa «Ábrete». (Mc 7, 31-37). Sólo los gestos de sus manos podían hacer perceptible la compasión y el poder de Jesús a la capacidad de comprensión de aquel enfermo. Y aquella palabra imperiosa podía manifestar su fuerza y autoridad a todos los que podían oírle. El relato no olvida dejar constancia de otros dos detalles que parecen observados por un testigo presencial: Jesús elevó la vista al cielo y suspiró. Con su mirada a lo lato señalaba habitualmente su confianza en el Padre. Su aliento cortado reflejaba con frecuencia su cercanía al dolor o la debilidad de la gentes. Divino y humano: así era él. Y así habían de ser todos los que trataran de seguir su camino por los siglos. Coraje y alegría «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos». Así suena la reacción de las gentes asombradas que presencian las acciones de Jesús y sus efectos sobre los enfermos. ¿ «Todo lo ha hecho bien». Si el árbol se conoce por sus frutos (Mt 7,17), las acciones buenas reflejan la bondad de quien las hace. La bondad y la compasión de Jesús. Y la bondad que se espera de sus seguidores de entonces y de siempre. ¿ «Hace oír a los sordos». Si en Israel los libros santos invitaban al creyente a «oír» la voz de Dios (Dt 4,1), es porque de ella dependía su libertad. Ahora Jesús capacita a los sordos para escuchar y aceptar de corazón la única palabra que libera. ¿ «Hace hablar a los mudos». Si los ídolos tenían boca, no había voz en su garganta (Sal 115,5). La mudez era la señal más clara de su falsedad. Ahora Jesús exhorta a los suyos a anunciar por todas partes el mensaje de la salvación y de la vida. - Señor Jesús, ayúdanos a escuchar con fe tu palabra y a anunciarla en todas partes con coraje y alegría. Amén.

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