Diario de una aventura Desafío extremo Indonesia
Un paréntesis en el camino
El aventurero leonés ha decidido regresar a España por la inestabilidad que se vive en la zona, pero en un mes regresará de nuevo a Sualawesi para poner rumbo a Nueva Guinea
Estimados lectores, os escribo esta crónica todavía desde la remota isla de Sualawesi. Ya son muchos los días que llevo parado en esta isla sin ni siquiera aproximarme a Nueva Guinea. Y he tomado la decisión de regresar a España, y dos son las razones principales para tomar esta difícil decisión. La primera es que los conflictos han aumentado y hay gran inestabilidad en la zona por las luchas tribales. Es común en este remoto lugar que los diferentes pueblos se ataquen para robarse comida y mujeres. Estos conflictos a veces se recrudecen de forma alarmante y la zona se vuelve muy peligrosa, además del descontento general por la ocupación de Indonesia en Irian Jaya, y la explotación de sus inmensos recursos naturales. Otra de las causas de inestabilidad en la región es que aquí, muy cerca de mi objetivo, la Pirámide de Carstenz, se encuentra la mina más importante de oro y cobre del mundo, que actualmente mantiene el cuarenta por ciento de la economía de Indonesia. Esta zona está fuertemente militarizada, pues son muchos los conflictos armados entre los lugareños y el ejército de Indonesia, que quiere proteger su principal riqueza. Más problemas Como conclusión, la ciudad desde la que tenía que partir el helicóptero que me llevaría a las proximidades de esta montaña ha cancelado los vuelos y la tripulación rusa ha regresado a Moscú. Ahora, estoy aquí «colgado» junto a otras seis personas y mi amigo Juan Diego el canario. La empresa con la que hemos contactado en Indonesia nos promete un nuevo helicóptero que despegaría desde otra población más alejada, llamada Wamena, pero ya hace dos días que el dueño viajó a Yakarta a solucionar el tema con los rusos y, si alcanza un acuerdo con los pilotos, estos tienen que regresar de Moscú, tarea que veo muy difícil. Cuando todos los trámites estén listos, hay que esperar que arranque el helicóptero de 40 años que está en la zona conflictiva, que llegue a Wamena y, por último, que nosotros podamos encontrar los medios de transporte que serían: autobús, avión y varios vuelos complicados en aviones de hélices para llegar a Wamena y volar desde allí al campo base. Yo estimo que la espera se alargaría un mes más. Por lo tanto, he conseguido cambiar mi permiso de ascensión para el día 16 de octubre y regresar dentro de un mes y una semana e intentar de nuevo volar al campo base para escalar la Pirámide de Carstenz. Supongo que este lío del helicóptero se habrá solucionado y todo será mucho más rápido, ya que me respetan el precio del helicóptero que ya he pagado. Eso sí, tendré que pagar de nuevo el costoso billete de España a Nueva Guinea, más alojamientos, visas y demás. Y el otro problema que he tenido es que se me ha producido una hernia inginal que requiere de cirugía inmediata y mi buen amigo y mejor cirujano el doctor De la Cruz me operará nada mas que llegue a España. En resumen, tengo que encontrar la manera de llegar a España, que es otro problema. Tras la operación, viajaré inmediatamente a Egipto a disputar el segundo rally más duro del mundo, el de Los Faraones. Después, tan solo 48 horas desde que finalice el rally, volaré otra vez a este singular lugar llamado Irian Jaya en la isla de Nueva Guinea, para intentar de nuevo escalar esta esquiva y misteriosa montaña. En definitiva, esto es sólo una espera de 40 días y, de nuevo, volveré a la carga, y de allí no me muevo hasta que haga cima en esta montaña, la más alta de Oceanía. Ahora regreso a España a reparar mi carrocería y disputar el rally de los Faraones. En 40 días me esperan muchas emociones que como siempre os relataré puntualmente. Desde la lejana isla de Sualawesi, Jesús Calleja. ESCRIBE: Siga la aventura en: www.jesuscalleja.es