Unicef gana el premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2006

Sesenta años de duro trabajo en favor de los niños del mundo, en particular de aquéllos a los que la miseria hace invisibles, se merecen un premio. Así lo ha estimado el jurado de los Premios Príncipe de Asturias, que otorgó ayer al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) el galardón de la Concordia 2006. Creado en 1946, Unicef sucede en esta categoría a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, reconocidas el año pasado. Los patronos de la Fundación que concede los premios valoraron por su especial trascendencia la «lucha más reciente» de esta organización en el continente africano «contra la ignorancia, la pobreza y la enfermedad». Al conocer el fallo, la presidenta del Comité Español de Unicef, Consuelo Crespo, agradeció el galardón; un acicate -dijo- para seguir luchando, «con más fuerza si cabe» en defensa de los derechos básicos de la infancia; a la vida, la alimentación, la educación y a la dignidad social. Crespo recordó que el 80% de los niños y niñas del planeta ven quebrantados cada día esos derechos. El premio debe movilizar a la sociedad para «afrontar con firmeza» retos enormes, como la lucha contra los efectos de la tragedia del sida en la infancia o la protección de los niños frente a la violencia, entre otros. La decisión fue adoptada por «amplia mayoría», resaltó el presidente del Principado de Asturias y del jurado, Vicente Álvarez Areces. Se trata -subrayó- de expresar «el reconocimiento de un esfuerzo generoso durante sesenta años a favor de la infancia». La candidatura de Unicef fue presentada por el actual secretario general iberoamericano y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, a su vez premiado con el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1982. Se impuso a las restantes 56 que concurrían, procedentes de todo el mundo. Entre ellas, la Organización Nacional de Trasplantes, la Once, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los Bomberos de Nueva York, la cantante y activista africana Miriam Makeba, o el tándem formado por el actor Paul Newman y Aaron E. Hotchner, cuya empresa de salsas y condimentos destina sus beneficios millonarios a obras solidarias. Posguerra El Fondo de las Naciones para la Infancia (Unicef) es la principal organización internacional dedicada a la infancia. El único credo que guía su trabajo es la Convención Universal sobre los Derechos del Niño. Nació el 11 de diciembre de 1946 en plena posguerra mundial, en respuesta a las necesidades de emergencia de los niños en Europa y China, y en 1953 pasó a ser un organismo permanente de Naciones Unidas. Tiene un presupuesto anual de tres mil millones de dólares que se financia mediante las aportaciones voluntarias de los gobiernos, empresas, fundaciones y particulares. Trabaja en 191 países, es el mayor proveedor de vacunas en las naciones pobres y pretende lograr para el año 2010 una cobertura del ochenta por ciento en vacunación infantil total. Desarrolla un programa acelerado de supervivencia y desarrollo infantil en once países de África Occidental que evita 18.000 muertes al año, y estrategias de emergencia tras las catástrofes naturales. Promueve la erradicación de prácticas como la ablación del clítoris o el matrimonio infantil y, en el ámbito educativo, el pasado año escolarizó a medio millón de niñas en Afganistán y Somalia.