El presidente Herrera inaugura en Ávila la Casa del Parque del Valle de Iruelas Encuesta para conocer la percepción social de la caza en Castilla y León Más de 500 especies foráneas se han adaptado a vivir en el Mediterráneo
Se trata de la vigésima en funcionamiento y está situada en la localidad de El Barraco. Edificada en las antiguas instalaciones de la Destilería de Mieras, ha supuesto una inversión cercana a los tres millones de euros y ocupa una superficie de 7.800 metros cuadrados. Su objetivo es convertirse en dinamizadora de los valores naturales de esta Reserva Natural y generadora de empleo, al estar atendida por una cooperativa formada por jóvenes de la zona. Cuenta con una sala de audiovisuales y una dotación expositiva, así como la observación mediante vídeo, en tiempo real, de un nido de buitre negro. La Consejería de Medio Ambiente ha realizado una encuesta destinada a conocer la percepción social que existe de la caza como recurso natural y económico para desarrollar una política que mejore su aprovechamiento. La primera fase se ha realizado entre el personal de los servicios centrales de la citada Consejería y, posteriormente, se extenderá a los sectores relacionados con esta práctica deportiva. Según la encuesta, el 71% de los consultados considera que la importancia de la caza en Castilla y León es «mucha o bastante»; un 35% cree que es una buena herramienta para el control de poblaciones, un 18% que es necesaria pero que no le parece bien y un 15% que es una actividad que no le interesa. El incremento de la temperatura en el Mediterráneo es el motivo por el que más de 500 especies tropicales se hayan adaptado a vivir en sus aguas. Como durante los meses estivales, la temperatura del Mare Nostrum aumenta entre tres y cinco grados, cinco especies de tiburón, dos de barracuda, dos de caballitos de mar, el pez aguja, el pez luciérnaga y el pez papagayo, entre otras muchas, llegan a este mar sobretodo a través del Canal de Suez, en el agua del lastre de los barcos o por el estrecho de Gibraltar. Su presencia cambia el equilibrio natural del Mediterráneo, al ir ganando terreno frente a las especies autóctonas, aunque también se ven afectadas por la contaminación del agua.