La falda reina en Cibeles
Los volúmenes y talles sueltos destacan en las colecciones de los veteranos del salón madrileño y Ailanto se vuelca en los estampados en una armoniosa colección Las medidas de Madrid de
Faldas y vestidos en distintos largos han arrinconado a los pantalones en los desfiles de Cibeles. Es una tendencia general a la que se suscriben los creadores en esta segunda jornada, desde Modesto Lomba y Javier Larrainzar a Roberto Torreta, Ailanto, Miguel Palacio o Juan Duyos. Otra de las notas dominantes es la vuelta a los volúmenes, tanto en blusas como en vestidos, que evitan ceñimientos, bien con canesú o amplios en todas sus bases. Se vio en algunos desfiles de la inauguración e incidieron ayer en la misma tendencia Duyos, Torreta y en ciertos diseños también Ailanto. La segunda jornada se abrió con el veterano Modesto Lomba (Devota & Lomba) que fiel a su estilo juega con los pliegues y frunces que dan forma a chaquetas o mangas y los grandes lazos rediseñados por el modisto de Vitoria. Los colores van de los beiges y verdes pastel a los marrones y rosas en distintas tonalidades. La colección del madrileño Javier Larrainzar fue mejor recibida que en ocasiones anteriores por su acierto al elegir algunas telas, preferente los estampados que conviven en el ropero con vestidos románticos de batista calada y otros más vaporosos con efecto plateado o metalizado. Las flores de Ailanto Los vascos Iñaki y Aitor Muñoz, el dúo Ailanto, afincados en Barcelona, siempre tiene un sello común: sus característicos estampados, frescos, con personalidad propia. En esta edición se inspiran en las novelas policíacas a lo Ágatha Christie para crear un atmósfera propia del cine de intriga de los años treinta. Y esa idea se materializa en estampados, la mayoría de efectos florales, que estos hermanos llevan de forma acertada a vestidos de talle imperio, parcheados a base de distintas piezas florales que encajan con armonía. Roberto Torreta se apunta a la moda de los volúmenes y se fija en el estilo de la segunda mitad de los sesenta con cierta reconversión. Siluetas trapecio para blusas, vestidos sueltos y riqueza a la hora de elegir los tejidos, como el cuero lavado en negro o de tonos claros, y el dorado envejecido. Juan Duyos toma como referencia la moda deportiva de mitad de los años veinte, un sport lujoso para jugar al tenis, el golf, polo o deportes náuticos. Todo ello se transforma en camisas con volumen, la mayoría de rayas, y otras blancas que llevan estampadas raquetas en el mismo color. También hay animadas blusas con mezcla de estampados. Los colores van del rojo al blanco y marino, con oro y plata para las prendas más sofisticadas. Miguel Palacio ha diseñado un colección con abundancia de grandes botones que coloca tanto a chaquetas como vestidos. También da amplitud al talle de sus prendas y los tejidos los enriquece con bordados de cristal para rematar mangas o detalles de algunas piezas. Los largos son o por encima de la rodilla o hasta los pies y se combinan las propuestas vaporosas en georgettes de seda a los algodones más armados.