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La amada invencible Día de la Merced sin coche

El consistorio festejó el día de la Merced con una misa y una gran degustación

Publicado por
Lola de León LUIS ARTIGUE
León

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Bebíamos sexos, fumábamos flores, gritábamos poemas en las manifestaciones y leíamos en voz alta El gallo de Bagdad de Fernando Beltrán: «Si el enemigo no se rinde /antes del siguiente bombardeo /empezaremos la guerra»... Entonces el mundo nos dolía. El Gallo de Bagdad -ese libro de poemas entrometidos- nos enseñó que el ingenio puede y debe servir para combatir el discurso del poder. No un juego sino una perplejidad moral contagiosa la poesía; no un alarde sino un pálpito comprometido y generoso cada verso. El ingenio deconstructivo, la perspicacia eufónica, la lucidez de un visionario callejero... Ese poemario pacifista tan vigente aún, ese alegato lírico contra la Guerra del Golfo, nos puso -sin saberlo el autor ni nosotros mismos inicialmente- en la rampa de salida de la vida despierta. El tiempo y los excesos continuaron su curso y llegaron así los sucesos imprevistos y las niñas traviesas, sí, pero nosotros seguíamos distantes y acercándonos como los raíles del tren. Nos reuníamos a deshora no como un grupo sino como una tribu en los parques públicos, en los cafés nocturnos o donde nos llevaran los pies, y así se compartían entonces los hallazgos literarios y vitales como si fuera posible ir creciendo al unísono. Con el azar y el otoño llegó a mí otro libro de Fernando Beltrán de ritmo loco, ágil, vehemente y desasosegante como una ciudad nocturna, Aquelarre en Madrid : «... soy humano/ muy débil para el trato / con pupilas y faldas/... no hay remedio / hay que pagar tributos de caricias/ para seguir de pie». Más allá de nosotros, nuestros sueños y nuestras preocupaciones estaba este libro, esta superación de la poesía urbana, este lírico tratado de ética, esta invitación al desensimismamiento¿ Sí, lo urbano y sus contradicciones. Los contrastes. Nosotros... Leímos ese nuevo tratado poético, claro, pero no entendimos aún que vivir deprisa no es vivir dos veces. Y pasó el tiempo como un punto y seguido. De ahí hasta que llegó a nuestras manos La semana fantástica pasaron muchas cosas: entre otras que la desidia de nuestros políticos de siempre y la precariedad laboral de esta ciudad nos habían dispersado, humillado y sumado a la lista de individuos desencantados con derecho a voto. La poesía parecía más lejana, menos posible, menos necesaria. Pero el presente tiene también sus libros. Ahora que los de entonces ya no somos los mismos; ahora que León ha dejado de ser lugar de residencia para convertirse sólo en punto de encuentro, y la rebeldía se ha transformado en excentricidad, y ya pocos versos nos unen, y ya no hay vuelta atrás; ahora -digo- acabo de leer intensamente una reciente antología de la poesía amorosa de Fernando Beltrán titulada «La amada invencible» (Ediciones KRK). Acaba de llegarme, pues, un libro definitorio para que entre en él y compruebe así si yo sigo siendo de los míos. Me he quedado enganchado en un recuerdo y he pensado en nosotros, hace años, enamorados y huyendo del vitalismo elemental y la doctrina de la mansedumbre que se nos ofrecía. Después de todo, creo, nos queda la poesía, el compromiso constructivo, los libros emocionantes como éste, la útil revolución individual que supone empaparse del mensaje y el ritmo que albergan, por ejemplo, esta páginas. Leer a Fernando Beltrán, ahora como entonces, es como acercarse peligrosamente a una verdad; como elevarse sobre el mundo con cierta mirada global repleta de humanidad, compasión y empatía. El poeta sin pedestales. Con claridad. Con ternura. Ahora que sólo la distinción económica parece hacer al hombre hombre, ahora que el éxito a cualquier precio es el pan robado de cada día, quiero recomendarles de corazón a todos ustedes este libro sobre la fe en la entrega... Tal vez después de todo la belleza sí que es contagiosa. Un día para pasear Un año más, la ciudad de León celebró ayer el Día Sin Coche, un día en el que el caminar por las calles de la ciudad se convierte en un placer, ya que ni los atascos con sus interminables ruidos ni las emisiones de humos por parte de los vehículos impiden que pasear por la ciudad se vea de un modo diferente. El Día Sin Coche ha puesto fin a la Semana Europea de la Movilidad en la que se han dado a conocer los datos que sitúan a León como una ciudad pionera ante las del resto de España ya que, desde el año 2000, la contaminación atmosférica ha descendido un 20% y el uso del transporte público por parte de los ciudadanos a aumentado un 15%. La acogida por parte de los ciudadanos de león del Día Sin Coche es muy buena, ya que comparando los datos del año pasado con los obtenidos este año se ve un avance de un 10% entre la gente que el año pasado utilizó el coche en un día como el de ayer, y los que en esta ocasión han decidido buscar alternativas y dejar el vehículo particular en casa. En general, los leoneses conocen el tema del cambio climático y las emisiones de los coches conociendo de este modo las consecuencias de los mismos. Al 96% de los leoneses les parece muy buena idea la celebración del Día Sin Coche y opinan que esta iniciativa debería seguir repitiéndose durante más años, además el 39% de los que en el día de ayer optaron por dejar el coche en casa aprovecharon para desplazarse andando frente a un 26% que optaron por el transporte público. Otro de los datos que se dieron a conocer ayer, tras una encuesta realizada por personal del Ayuntamiento, fue que el 63% de los ciudadanos opinan que hay pocas zonas peatonales en la ciudad y deberían peatonalizarse más. Festividad en las obras La celebración de la Virgen de la Merced es la única fiesta reconocida por el pleno municipal como el día de la patrona del servicio de obras y parque móvil. El día se celebró con una misa y una comida en el Hostal de San Marcos a la que acudió, junto a otros concejales del consistorio, la concejala de Urbanismo, María José Alonso, quien calificó de «imprescindible» la labor de los integrantes de la plantilla del servicio de obras. La concejala aprovechó la ocasión para felicitar a los operarios por el buen aspecto «envidiable», aseguró María José Alonso, que presenta la ciudad de León gracias al trabajo y la labor de dicho servicio, «una ciudad siempre digna de elogios en este sentido», puntualizó. A la celebración acudieron más de un centenar de trabajadores. Cabe recordar que el área de Obras está integrado por 117 trabajadores e incluye, además, el parque móvil en el que trabajan 29 empleados.

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