Diario de León

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Aire joven en la pasarela

La última jornada de Cibeles aireó las propuestas de los jóvenes diseñadores, entre ellos, la leonesa María Lafuente, que presentó su colección «Viaje al interior»

Vestidos vaporosos y floreados de Lafuente

Vestidos vaporosos y floreados de Lafuente

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agencias | madrid
León

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La Pasarela Cibeles cerró ayer sus puertas con la presentación de las creaciones de los jóvenes diseñadores, en una tarde que presentó las ideas de la creadora asturiana de adopción leonesa María Lafuente. La colección -que fue presenciada por el consejero de Economía de Castilla y León, Tomás Villanueva- destacó por los juegos de complementos realizados en cristal de la Real Fábrica de Cristales de La Granja, en una colección intimista donde el negro y los estampados florales fueron protagonistas. Lafuente insistió en los volantes -a los que incluye un mensaje de palabras- e incorporó el encaje bordado en una colección un tanto inconexa agrupada bajo el lema «Viaje al interior». Antes que la leonesa presentó su colección la cordobesa Juana Martín, que trajo su inconfundible aire andaluz y aflamencado al certamen en un homenaje a Federico García Lorca. Se inspiró en La casa de Bernarda Alb para una colección en la que todo fue negro, pero muy viva. El público se levantó para aplaudir calurosamente a Juana Martín. Aunque la pauta de la creadora sigue siendo «el aire andaluz aflamencado»esta vez ha dado un paso más en su evolución. Tiene más personalidad, ha evitado el estilo de bata de cola y el folclore de feria para elevar su costura. La mujer andaluza que recrea se parece más a la tradición que pintaba Julio Romero de Torres pero trasladada a este siglo. Ha utilizado encaje, lino perforado, gasa natural, organza y tul. Romántica y delicada resultó la colección de Alma Aguilar, que presentó una apuesta de vintage renovado, con unos femeninos vestidos con cancán interior que recordaban la década de los 40. Otros, semiglobo y vaporosos. El mallorquín José Miró recreó las ninfas, con prendas envolventes, trufadas con complementos dorados y plumas. Juanjo Oliva aportó toques psicodélicos, divertidos pero sin exageraciones, utilizando la simbología de los dibujos de las supernena. El vestuario de Carmen March pasó de los cuerpos ceñidos como una media en vestidos de punto a los sueltos. Cerró esta edición Kina Fernández. La diseñadora gallega realizó una apuesta más sobria -gabardinas y faldas negras- pero se atrevió a mezclar un estampado a base de azulón y rojos.

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