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La radiofrecuencia puede tratar tumores primarios y metástasis
Se trata de una técnica mínimamente invasiva cuyo objetivo es la necrosis tisular del tejido tumoral, evitando al enfermo los riesgos de una cirugía de mayor entidad
El tratamiento de los tumores hepáticos mantiene como primera opción la resección quirúrgica, pero debido al escaso número de pacientes susceptibles de resección, es preciso recurrir en muchas ocasiones a otras alternativas como las terapias ablativas locales. El método de ablación ideal debe lograr un efecto letal celular controlado con una técnica sencilla de realizar y con mínima morbilidad. La radiofrecuencia (RFA), como técnica de ablación local de tejidos y a pesar de encontrarse en periodo de desarrollo, se ha introducido ya en la clínica humana, con diversas aplicaciones. Aparte de las arritmias cardiacas, tal vez la más utilizada sea la ablación de tumores localizados en muy diversos órganos. La extensión de su uso tanto en diversas patologías como en el tratamiento tumoral se debe a que puede realizarse con una técnica mínimamente invasiva. En concreto en los tumores habrá logrado mediante una maniobra técnica menor el tratamiento local del tumor, con la ventaja de preservar el parénquima peritumoral normal, que es una exéresis inevitable en las resecciones quirúrgicas. Esto sólo será cuando ofrezca la certeza de conseguir la destrucción tumoral completa, incluido el margen de seguridad exigible a la resección. Su aplicación en el hígado se está convirtiendo en la técnica de ablación local más utilizada, para tumor primario, y también es una alternativa terapéutica en la enfermedad metastática hepática que puede conducir a paliación así como aumentar la supervivencia en pacientes seleccionados. Aplicable al ser humano Una de las situaciones no resuelta es la tumoración hepática central sin indicación de resección quirúrgica o la existencia de metástasis múltiples bilobares, siendo alguna no resecable. En esta línea, y teniendo en cuenta la importancia que en la clínica tienen los tumores hepáticos, dada su frecuencia y mal pronóstico, la forma de aplicar la ablación mediante radiofrecuencia y el interés de verificar la necrosis real producida, ha sido el objeto de una investigación llevada a cabo en el Departamento de Patología Animal: Medicina Animal, de la Universidad de León, un trabajo realizado por Silvino Pacho, con la dirección de José Manuel Gonzalo, Serafín M. Costilla y Ángel Álvarez, que se ha visto plasmado en la tesis «Lesiones hepáticas por radiofrecuencia. Estudio experimental». Los objetivos planteados han sido determinar las características macroscópicas y microscópicas de la lesión producida y su relación con el flujo vascular hepático, describir y medir por medios de imagen la características morfológicas de la lesión, y especificar las diferencias micro y macroscópicas en diferentes condiciones de realización de las lesiones en situaciones combinadas de oclusión vascular y lavado biliar. Se pretendió, además, lograr lesiones de mayor volumen y esfericidad, siendo ambas más predecibles, y cuantificar el efecto de la radiofrecuencia sobre los vasos hepáticos, conducto biliar y parénquima adyacente en diferentes condiciones de producción. Igualmente, se buscó medir la producción de necrosis tisular completa (células no viables), principalmente en zonas adyacentes a grandes vasos y a conductos biliares de parénquima hepático normal, e identificar en la lesión la situación y características de la interfase entre células viables y no viables, así como establecer diferencias entre los grupos. Se eligió el cerdo como modelo animal vivo para realizar la ablación mediante guía ultrasónica con el fin de provocar lesiones en zonas complejas del hígado y determinar el efecto de la oclusión vascular y la irrigación biliar sobre la lesión de radiofrecuencia en su forma, volumen y viabilidad celular en las lesiones. La elección de este animal no es casual porque las conclusiones obtenidas pueden ser aplicadas a humanos, ya que el flujo sanguíneo hepático y la impedancia son similares a las nuestras. Para el estudio se utilizaron 10 ejemplares (cinco de cada sexo), con una media de tres meses de edad y 45 kilos de peso, a los que se efectuaron 54 lesiones de RFA. Investigar más para aumentar la eficacia Con esta investigación se ha pretendido la necrosis tisular del tejido tumoral gracias al efecto térmico de la radiofrecuencia, evitando al enfermo una cirugía de mayor entidad con los riesgos que esto supondría. Del análisis de los datos obtenidos en el estudio, se concluye que la RFA produce lesiones diferentes en forma, diámetro, esfericidad y volumen, dependiendo de las condiciones de aplicación, y al ser efectuada con oclusión vascular e irrigación biliar provoca las lesiones más grandes, esféricas y eficaces. En los hígados de la muestra, la RFA produce necrosis coagulativa en el núcleo central de las lesiones, disminuyendo progresivamente la termolesión hacia la periferia de la misma. En todos los grupos de la muestra, la mayoría de las células viables se encontraban en regiones perivasculares y en la transición entre las zonas rosa y roja de la lesión. Se afirma, igualmente, que hay un límite preciso de viabilidad celular en la unión de los aros rosa y rojo de la lesión, con diferencias no estadísticamente significativas entre los grupos. Aunque la ablación mediante radiofrecuencia se viene utilizando desde hace más de una década para el tratamiento de tumores primarios y metastáticos, son necesarios más trabajos científicos con el fin de que la radiofrecuencia sea un tratamiento más eficaz en diversos procesos clínicos, mediante la mejora tanto de los equipos técnicos actuales como de los métodos utilizados para conseguir que las lesiones producidas sean más profundas y controladas que respondan a las demandas actuales.