La subida del nivel del mar favorecerá la pérdida de muchas playas

En España, los más de 6.000 kilómetros de costa han convertido al turismo en una de las principales fuentes de ingreso. Sin embargo, la situación puede cambiar, con unas consecuencias económicas incalculables. El motivo es que durante las cuatro últimas décadas el nivel del mar ha subido a un ritmo de unos 2 milímetros al año, lo que significa que en el año 2050 se habrá elevado, al menos, unos 14 centímetros. Esto supondrá la desaparición de una media de 15 metros de playa, siendo la Albufera de Valencia, la Costa Brava, el Delta del Ebro, Doñana y la Manga del Mar Menor las zonas más amenazadas. Además, en los estuarios aumentará la salinidad. Según se recoge en el estudio, el aumento no será homogéneo y oscilará entre los 10 centímetros del Golfo de Cádiz y los más de 30 previstos en el Cantábrico, pasando por los 20 que se calculan en el litoral del Mediterráneo. Sus autores han explicado que, junto a la subida de las aguas, también se incrementará la altura de las olas o los cambios en su dirección, lo que favorecerá la pérdida de muchas playas. Las más afectadas serán las de arena más fina o que estén encajonadas. En el Cantábrico se prevén olas más grandes, vientos de poniente más frecuentes y el retroceso de las playas de unos 15 centímetros. En la costa mediterránea comprendida entre Alicante y Cádiz, las playas retrocederán unos 10 metros, mientras que si se produce un cambio en la dirección de las olas, las playas de la Costa Brava podrán tener retrocesos de hasta 50 metros en algunas zonas. En cuanto a las costas de Canarias, los expertos estiman que habrá temporales en el norte cada vez más intensos. El informe, que ha sido remitido a la Federación Española de Municipios y Provincias para concienciar a los ayuntamientos de las zonas costeras, advierte que hay que cambiar los hábitos urbanísticos y no construir en zonas que son susceptibles de inundarse. Por eso, se recomienda considerar el cambio climático dentro de la planificación territorial y revisar los planes urbanísticos y de ordenación del territorio. Se pide, además, que se aplique de forma efectiva la Ley de Costas que impide construir en los primeros 100 metros de costa y que se retiren las subvenciones a cultivos en zonas bajas del litoral.