Los falsos ladrones burlaron los controles de la Cámara, en un claro fallo de la seguridad

Que el vídeo sobre el robo del escaño era un montaje era algo evidente para cualquier observador cuidadoso. El sillón sufría extrañas muta-ciones durante el reportaje y perdía sus reposabrazos para luego recuperarlos. Pero las explicaciones dadas hasta ahora, incluidas las del propio Congreso, no están nada claras. Para acceder al Parlamento es necesario superar varios controles. En la puerta de la calle un funcionario de policía solicita la identificación a toda persona que accede al interior, incluidos los periodistas que habitualmente cubren la información parlamentaria. Aunque el funcionario les ayudara, no es posible que ningún invitado entre sin facilitar su identidad real, de modo que no pudieron acceder como familiares del funcionario, como se asegura. Lo cierto es que las imágenes demuestran un claro fallo de seguridad. Los supuestos ladrones superaron todos los controles. La cámara de seguridad debió grabar a los encapuchados en el hemiciclo, pero nadie lo advirtió hasta que se publicó en Internet. Además, para acceder a esa zona es necesario pasar un nuevo control, aunque debido al trasiego habitual de personas casi nunca está operativo. Cuando no hay pleno, nadie ajeno a las Cortes puede entrar en el hemiciclo.