Un estudio recoge que el coste por vástago se disparó en seis años entre el 25 y el 56%
Un hijo cuesta desde que nace hasta los 18 años un mínimo de 98.000 euros
El gusto de los hijos por los productos de marca ha contribuido a desequilibrar el gasto familiar
Que tener un hijo no era barato era algo que muchos, tanto padres como no, intuían. Pero las cifras del informe que ayer presentó la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu), bajo el título de «Lo que cuesta un hijo», no deja espacio para la duda: los hijos son caros, especialmente en los períodos que van desde el nacimiento a los tres años y en la adolescencia, de los 15 a los 18. Según Ceaccu, el coste de un hijo desde su nacimiento hasta los 18 años, incluyendo alimentación, higiene, ropa y calzado, educación, ocio y juguetes, sanidad y extras (desde complementos hasta celebraciones), se mueve entre los 98.205 y los 301.274 euros, en función del nivel adquisitivo de la familia. Según explicó la presidenta de Ceaccu, Isabel Ávila, el consumismo y el gusto por las marcas, cada vez con mayor auge entre los jóvenes, la expansión de la tecnología y el paso al euro han sido factores clave para explicar el incremento de las cifras con respecto al primer estudio realizado por la confederación, en el 2000. Los datos actuales suponen, comparados con los de hace seis años, una subida de entre el 25 y el 56%, en los gastos que un hijo supone para la economía familiar. En el 2000, las cifras se movían entre los 78.453 euros de desembolso mínimo y los 192.340 euros de máximo, mientras que ahora la horquilla está entre los 98.205 y los 301.274 euros. Destaca la fuerte subida del coste de las partidas más afectadas por el «efecto euro», como los productos de higiene y el ocio, ya que en esta última variable, así como la ropa y calzado, el gasto ha llegado a duplicarse respecto al anterior informe. La etapa que deja menos margen para el ahorro son los tres primeros años del niño, con un gasto mínimo de 7.000 euros. Aunque cuando realmente los hijos salen más caros es a partir de los doce años. El gasto en ocio, ropa de marca, enseñanza privada, aparatos electrónicos o viajes para aprender idiomas puede disparar el desembolso hasta los 21.680 euros, frente al máximo de 12.402 euros de hace seis años.