La extraña sublevación de Paco

LO HAN ANUNCIADO los medios con grandes tipógrafos: «Fernández se rebela contra su propio partido...». Pese a que a continuación se intentaba explicar el fundamento de esta actitud protestataria de Paco, el ex alcalde y candidato para la repetición, el público de la sala, el de la ciudad, el del partido y el nacional, no acaban de entenderlo. ¿Cuánto tiempo hacía que no asistíamos a un comportamiento tan fiel a los propios principios del sublevado? Pese al asombro que la rebelión ha suscitado sobre todo entre las masas socialistas locales, el resto del común de vecinos, que conoce perfectamente al personaje, no acaba de aceptar como definitiva la explicación que se ha producido. Ciertamente -y vamos a ser sinceros- la política que nuestros hombres y mujeres representativos, tanto de uno como del otro grupo electoral, no pueden exhibir una documentación de actividad y de eficacia tan ajustada a la verdad y a las necesidades reales del personal, como para mantener la fidelidad hasta que las elecciones les separen, pero al menos se mantenía lo que en términos castrenses se daba en llamar «obediencia debida». Y no ha sido así. No es ya así. Donde menos se piensa salta la liebre, que ya lo dice la copla: «Jesucristo con ser Dios/ nació en un pesebre; donde menos se piensa/ salta la liebre». En el partido de Don Francisco, en estado de expectación de destino, no digamos que son frecuentes estos actos de rebeldía, pero sí que pudieran escribirse jugosísimas páginas históricas sobre la política leonesa, en la que se han producido muy significativos fenómenos de acosos, excomuniones y definitivos casos. Quizá sea que esto va con la naturaleza del leonés, pero no precisamente es exclusivo modo de matar pulgas el partido de Don Paco. Porque en el otro lado de la moneda, se dan situaciones no menos sorprendentes. El rebelde («¿con causa?») amenazó con renunciar a su pronunciamiento como candidato para la reocupación del estrado municipal, lo que, dígase lo que se quiera y así venga el brujo de San Andrés del Rabanedo para arreglarlo, esto no acaba así; esto a la larga se hincha y sobre todo a plazo corto plantea un problema verdaderamente dramático. A un paso, como quien dice, de las elecciones ¿a quién presentamos como figura representativa del Partido Socialista? Villalba ya está ocupando cancha y algún otro de los que bullen en torno del panal de rica miel no parecen ser de la complacencia de los misteriosos poderes, que son los que en definitiva mueven los resortes del poder. Y uno, reflexionando sobre estos súbitos fenómenos, piensa si no se deberán a que muchos de los que suben que suben que suben trepa que trepa que trepa/ como la hija del Conde, la Pepa, se ofrecen para lo que sea, no por vocación, sino por claros intereses personales. «Esto no puede seguir así, -declaró el sublevado- Yo no voy a presentarme a unas elecciones para perder» La noticia ha sido ya recogida por eso de la internet, que es con la televisión, la madre del cordero del celestineo nacional.