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España da lecciones de igualdad
El diario «The Washington Post» se hace eco con sorpresa de la cruzada del Gobierno de Zapatero contra la discriminación femenina, «en el país que acuñó el término machista»
Entre Dick Cheney y María Teresa Fernández de la Vega no cabe duda de que la española da mejor en las fotos, pero no es eso lo que la ha convertido en heroína del artículo que publicó ayer el diario The Washignton Post sobre los avances de la mujer en España No debe ser ninguna sorpresa que la mayoría de los estadounidenses conozcan España a través de los tópicos afianzados por casi medio siglo de franquismo, y aún les cuesta ver a la España moderna que emergió en cuanto murió el dictador. Por eso se rascan la cabeza al enfrentarse con la realidad de que un país al que consideran mucho más conservador y retrógrado que el suyo se les haya adelantado repentinamente en cambios como el de tener a una mujer vicepresidenta o legalizar los matrimonios gay. Cabe apuntar que en el país norteamericano el vicepresidente es elegido con la conciencia de que tiene muchas posibilidades de convertirse en presidente. Una historia de asesinatos como el de John Kennedy o dimisiones como la de Richard Nixon han hecho posible que los segundos se quedasen a vivir en la Casa Blanca. «En el país que acuñó el machismo», como dice el Washington Post , nadie ve a Fernández de la Vega como futura jefa de Estado, pero aún así el rotativo americano considera que «está ayudando a orquestar una revolución cultural en los consejos de empresa y en las salas de estar del país». Un país, recuerda, que tiene el mayor índice de violencia doméstica de Europa, y en el que el sector privado es el más machista del viejo continente, con menos del 5% de mujeres en los consejos de dirección y sueldos un 30% más bajos que los de su contraparte masculina. «En las empresas (privadas) sigue siendo una práctica común despedir a las mujeres embarazadas», ilustra el reportaje, para que los lectores americanos no crean que estaban tan equivocados con su imagen de España. El campeón del feminismo dispuesto a acabar con tanta injusticia es el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, como ya decía también hace dos años la BBC, tras recordar que el español «ha sido siempre el blanco de los chistes machistas por ser insensible, insufrible e incluso agresor hacia las mujeres». Fernández de la Vega, de quien el periódico señala que se graduó en Derecho en una época en la que a las mujeres no se les permitía convertirse en juez, declarar como testigo o abrir una cuenta bancaria, asegura a The Washington Post que Zapatero «no sólo dice ser feminista, sino que actúa como un feminista». «En dos años y medio hemos hecho más de lo que se haya hecho jamás en tan poco tiempo en España», añade. El diario destaca, entre otras medidas de los últimos años promovidas por el Gobierno, la paridad en el Ejecutivo entre hombres y mujeres -la mayor proporción de mujeres de toda Europa- y su petición de que los partidos y empresas reserven el 40% de sus listas electorales y consejero de administración a las mujeres. Además, cita las nuevas leyes del divorcio que obligan a los hombres a asumir responsabilidades domésticas, la incorporación de más mujeres en el Ejército y la voluntad de modificar la preferencia de los hombres en la línea de sucesión de la monarquía. El diario alude además a otros cambios sociales en «una de las culturas más machistas de Europa» y habla de un «seísmo social» en la forma con la que las mujeres han tomado el control de sus vidas. «Esperan más para casarse y tienen menos hijos», indica. Parte de este cambio, señala, se aprecia en que los consejeros delegados en España de IBM, Microsoft y Google son mujeres y en que los puestos de trabajo concilian cada vez más la vida laboral con la familiar. El artículo publicado también alude a los problemas que se mantienen en este asunto, como el rechazo de la patronal a las cuotas de mujeres en los consejos y la posición de algunos miembros de la Iglesia contra las leyes que permiten el matrimonio homosexual. Y en su cruzada contra siglos de discriminación, advierte el rotativo, «ni la familia real está a salvo».