¿Cuadran o no las cuentas?

NO GANAMOS PARA sustos. Cuando aún estamos poniendo los puntos sobre las íes de las tropas que mandamos para pacificar el Líbano, Afganistán y otros campos de batallas pacíficas, y muchos de los pueblos más emblemáticos de la provincia se disponen a celebrar la fiesta del Cristo, que es sin duda la de mayor raigambre religiosa de la diócesis, la señora concejala del ilustre Ayuntamiento de León, doña Evelia Fernández, declara que a ella al menos no le cuadran las cuentas de la pasada Feria Internacional del Libro, «Leer León», que es una forma como otra cualquiera de señalar. ¿Señalar a quién? ¿Adónde? ¿Para quién? Estas son las tres preguntas de los tres millones. Y algo, según se desprende de los rumores, ha debido de suceder para que una tan destacada portavoz de la oposición municipal como doña Evelia se arriesgue a denunciar que no le salen las cuentas y que debe iniciarse la revisión de las mismas para si del resultado se desprende algún indicio de culpabilidad dolorosa, o sea para saber de una vez y para siempre si alguien de los miembros de la corporación ha metido la mano en el cajón del pan. La señora concejala que ha levantado la liebre encamada no aporta pruebas, al menos en el contexto mediático que aparece en el diario nuestro de cada día, pero la instancia para que quien deba lo haga obliga a que algunos de los nombres citados se pronuncien a favor o en contra del esclarecimiento del misterioso barullo contable que al parecer pudo haberse producido. Si para ello es necesario encomendarse al Cristo rojo de Bembibre o al más pacificante de Villafranca o al de los Padres Capuchinos de la capital del Viejo Reino, que es donde se produjo el presunto manejo de los dineros, pues se acude y hasta se le pone alguna vela para que nos ayude a esclarecer el suceso. El señor concejal de Cultura don Alfonso Ordóñez, se ha apresurado, sin duda por la cuenta que tiene para su limpieza de sangre cristiana, a negar enérgicamente que se haya producido ninguna irregularidad en las facturas del evento literario-económico, argumentando para mejor defensa de su tesis, que aún no se han presentado las facturas y que están citados los patronos para explicar dónde están las escaleras. Siendo el presidente del Patronato el alcalde don Mario Amilivia, con la colaboración de los miembros don Javier García-Prieto, presidente de la Diputación y el concejal de Cultura, don Alfonso Ordóñez, nadie duda, pese a encontrarnos al pie de los cañones de Navarone de las elecciones para todo, de que al final se aclarará el suceso misterioso si misterio hubiera y todo seguirá boyante, activo y glorioso. Y abandonando toda ruta que hacia la confusión y la agresión nos lleve, dediquemos nuestras oraciones a los numerosos Cristos, patronos de la Buena Muerte que se celebran en este tiempo tan borrascoso de septiembre y nos traiga la paz y la devolución de inmigrantes sin papeles a sus países de origen. Porque en León, señoras y señores, que nos están gobernando a manos abiertas, ya no nos caben ni siquiera los veinte senegaleses o tanzanios que se nos han asignado. Amén.