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El consumo de energía en España se ha duplicado en tres décadas

Panorámica de la central térmica de Compostilla en Cubillos del Sil

Publicado por
Mateo Balín - madrid
León

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El bienestar económico ganado por los españoles en los últimos años se ha conseguido bajo fuertes presiones ambientales. Y si no se ataca este fenómeno a corto plazo, la degradación del medio natural se hará irreversible. Así de crudo atisba el futuro para las generaciones venideras el informe Sostenibilidad en España 2006, un detallado análisis que define la salud del modelo económico, ambiental y social español a partir de 88 indicadores oficiales. Un estado que, en resumen, se asemeja al de un enfermo pudiente que a pesar de conocer su patología descarta los cuidados médicos. El informe elaborado por la universidad de Alcalá y auspiciado por el ministerio del Medio Ambiente constata de nuevo las tendencias insostenibles del modelo de desarrollo español, como ya hiciera en 2005. Entre otras: escasa flexibilidad de la economía, que crece bajo presiones ambientales; fuerte dependencia energética; mal uso y destrucción del valioso capital territorial; y riesgo para la cohesión social en una situación de población creciente, progresivo envejecimiento y trascendencia del fenómeno migratorio. Así las cosas, estas tendencias vuelven a dejar en entredicho el denominado «milagro español», que a ojos de los gobernantes se muestra robusto y activo, pero que al pasar por el tamiz de los expertos del informe refleja debilidad y dudas, muchas dudas. Construcción sin freno La primera y más reconocible es que el crecimiento económico se asienta en la construcción y el consumo privado, lo que deja a la población altamente endeudada y permite aflorar la economía sumergida (representa un 22% del PIB), cuando no que un 20% de los españoles -unos diez millones de personas- caminen sin reparo alguno al riesgo de pobreza, como alerta el informe. La segunda trata de las mujeres, que, a pesar de los avances sociales, siguen viendo como persisten las desigualdades de género en el mercado laboral, donde ganan hasta un 28% menos que el hombre desempeñando el mismo trabajo. También observa con perplejidad la situación de la educación pública, cuyo gasto público en términos de riqueza ha caído desde 1995. Y continúa analizando la política energética, clave en el desarrollismo de estos años. La multiplicación del consumo energético en este periodo ha incrementado la dependencia externa (ya alcanza el 80%), mientras que las energías alternativas en un país con tanto sol y viento a penas alcanza el 6% del total. España mantiene una economía energéticamente ineficiente y el consumo de la energía se ha más que duplicado en tres décadas (multiplicándose por 2,5 entre 1973 y 2005) La fuerte dependencia energética y la elevada intensidad del uso de recursos energéticos en los procesos productivos y en los sectores difusos, especialmente en el transporte fue una de las «tendencias insostenibles» subrayada el director ejecutivo del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), Luis Jiménez Herrero. En el período 1990 a 2000 en España se ha incrementado un 38% el consumo de energía primaria y un 45% el parque de automóviles, mientras que la población en el mismo período se ha mantenido prácticamente estable. El equipamiento de los hogares ha aumentado «de forma espectacular» en España: en el 2003 se facturaron 940.000 unidades de equipos de aire acondicionado, lo que supone un 30% más que el ejercicio anterior y cada año se venden 23 millones de electrodomésticos. También aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero: en el período 1990-2004 crecieron un 48% y en el 2005 pueden haber subido un 53%. Asimismo, el estudio muestra un importante impulso del proceso de urbanización de la costa.

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