Cerrar
Publicado por
PEDRO ARIAS VEIRA
León

Creado:

Actualizado:

NO ES fácil orientarse en una galaxia de información contradictoria. Los que van a piñón fijo lo resuelven sintonizando la radio preferida, por la compra de un periódico sesgado o el seguimiento de su cadena televisiva más excluyente. Cuando estas personas unidimensionales se topan las unas con las otras, basta que se confiesen las fuentes de las que beben para anticipar sin errores el limitado abanico de sus opiniones. Un minuto de conversación basta, y cada cual por su lado, a la búsqueda de la tribu partidista, la que confirma y reconforta. Más difícil es la tarea de los que procuran un abanico pluralista. Por el tono descalificador en las andanadas recíprocas, es complejo dirimir quién está del lado del bien o quién del mal; ni tampoco si en el medio podría estar la virtud. Pero el relativismo es una trampa ilusoria. Siempre existe la verdad, amarga o contumaz; al igual que nunca nos abandona la mentira, interesada y atroz. En España hoy se dirime el caso más importante de nuestra trayectoria democrática, el esclarecimiento del atentado del 11-M. En unos meses se abrirá la vista oral. Los jueces decidirán con la base probatoria que le ha entregado la policía, el brazo investigador del gobierno, y resulta fundamental que los cimientos sean verdaderos para que la sentencia pueda ser justa. Nos jugamos la autenticidad de la democracia, pero de una forma más modesta y mucho más importante, la reparación solidaria, con la verdad, para nuestros conciudadanos víctimas del horror. Ellos son la piedra de toque del torbellino, los que más saben porque son los que más han sufrido. No importan las personalidades de los jueces, sean estrellas o cometas; tampoco las contiendas de los mercados mediáticos; a cada cual el premio o castigo si se dirime por mérito en la conducción profesional. Lo que importa es la justicia para nuestros semejantes vivos y para los ausentes más llorados. Ahí está la referencia. No se las vean como marionetas de nadie; a las víctimas les sobra personalidad y entereza, ya han superado el peor de los traumas que la vida pueda deparar. Ennoblecidos por la madurez que da el atravesar el largo túnel del dolor, son los más capacitados para señalarnos el camino hacia la justicia. Las víctimas son hoy la luz en la vorágine, escuchemos sus mensajes, no demos la espalda a su voz. Después, reflexionemos sobre donde puede estar la verdad de las verdades.

Cargando contenidos...