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Manuela Rodríguez Nieto

«Aún leo sin ponerme gafas»

Manuela Rodríguez Nieto, nacida en Vega de Yeres, cumplió ayer cien años rodeada de su familia y deseando ver el periódico de hoy para leer la reseña sobre su vida

Publicado por
Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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A sus cien años, lee sin gafas, come de todo, sale a pasear por el parque del Plantío a diario y mantiene un excelente sentido del humor que le permite responder a las puyitas con las que su yerno le estimula siguiendo el consejo de los médicos. Se llama Manuela Rodríguez Nieto y ayer cumplió un siglo en su casa de Ponferrada, donde cuelgan algunos cuadros de paisajes que aprendió a pintar ya desde muy jovencita, cuando estudiaba en el colegio de monjas de La Milagrosa de Astorga. Manuela Rodríguez nació en Vega de Yeres (Puente Domingo Flórez), en una familia de comerciantes y empresarios de la pizarra que trajeron la luz eléctrica y el agua corriente al pueblo, y fueron los artífices de la pasarela que durante buena parte del siglo pasado, y hasta que construyeron el puente, permitía cruzar el río Sil en la zona, donde sus hijos jugaban a balancear las maderas. Manuela no les iba a la zaga cuando era más joven y quería coger los higos y las cerezas de su huerta. «Me subía a los árboles», contaba ayer, ufana, después de recibir el bastón del centenario y un ramo de flores como homenaje de este periódico a su longevidad. A Manuela, que se casó a los 26 años con José López Gómez y ha tenido tres hijos, trece nietos y diez biznietos, le gustaba pintar y coser, algo que se nota contemplando los paisajes que tiene enmarcados. «Tiene una mano estupenda y siempre ayudó con la costura, aunque ahora ha dejado de coser», cuenta su hija María de los Ángeles, que viajó desde Logroño para estar con su madre en un día tan especial. En una época en la que muy pocas mujeres llegaban a tener estudios, Manuela, a quién su yerno Florencio Pombo define como una mujer muy culta y muy religiosa, pudo ingresar en el colegio La Milagrosa gracias al empeño de un primo sacerdote al que no deja de recordar y que llegó a ser coronel castrense; Ovidio Rodríguez Castañé. Su pasión por el dibujo y la pintura le viene de aquellos años en Astorga y su yerno sólo lamenta que no hayan podido conservar los trazos a carboncillo que nacieron de la sensibilidad de Manuela. La centenaria de Vega de Yeres enviudó hace años y vive ahora con su hija María Teresa en Ponferrada, frente al parque del Plantío donde tanto le gusta pasear. No se olvida, sin embargo, de la localidad donde nació hace cien años. «Cada año nos pide que la llevemos a las fiestas patronales, no se las pierde», dice su yerno. Y Manuela se acuerda perfectamente de la fecha exacta del día de San Bartolo; «el 24 de agosto», dice. En Vega de Yeres, y cada año que acude a las fiestas, recibe además el cariño de todo el pueblo. «En la última fiesta debieron de darle ciento un besos, porque todo el pueblo se acercó a saludarla», explica Florencio Pombo. Después de celebrar ayer su centenario con su familia, Manuela Rodríguez Nieto está deseando ver hoy su fotografía en el periódico y leer estas líneas, y así se lo dice al periodista, porque es lectora habitual del Diario de León. Manuela, que además de la prensa también suele leer muchas revistas -«por ahora aún leo», comenta sentada en su butaca, con el parque a sus espalda- disfruta con sus ratos de televisión, y de sus paseos, y tampoco se priva de la sal en las comidas. «Ni siquiera le han quitado la sal. Y le sienta mejor que a mí», añade orgullosa su hija María de los Ángeles. Fecha de nacimiento: 17 de octubre de 1906. Lugar: Vega de Yeres (Puente Domingo Flórez) . Residencia actual: Ponferrada. Familia: Tiene tres hijos (María de los Ángeles, César y María Teresa), 13 nietos y 10 biznietos.

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