Diario de León

EL PULSO Y LA CRUZ

Pueblos vacíos y mesas petitorias

Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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«ADIÓS, León se quedó sin gente». Es frase hecha... y es realidad que se hace inminente. Cálculos de expertos nos dicen que dentro de dos generaciones (pongan cuarenta años, y será mucho) la cuarta parte de los pueblos de nuestra provincia habrán desaparecido, por lo que a estar habitados se refiere. ¿Detalles y argumentos? En el año 2004 (último del que se tienen datos fiables) nacieron en León 3.304 niños y fallecieron 5.556 personas (casi el doble); sólo cuatro municipios aumentaron en su censo y eso casi de forma simbólica (Izagre y Berlanga del Bierzo en 1 persona, San Andrés del Rabanedo en 67 y Villaquilambre en 82; por contra, el municipio de León disminuyó en 295 personas, el de Astorga en 60, el de Villablino en 48, el de La Pola de Gordón en 47, el de La Bañeza en 35 y así sucesivamente; en teoría sólo 63 de los 210 municipios podrán en el futuro mantener los servicios públicos a sus habitantes. Los datos de que disponemos en las diócesis, elaborados a pie de obra y sin la distinción «de hecho y de derecho», son crudísimos, porque los habitantes estables reales (entendamos los que viven en el pueblo todo el año) han de reducirse a una tercera o cuarta parte (según casos) de los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística. Decenas de pueblos hay con cuarenta personas censadas que se quedan en 7 ó 10 durante varios meses del año. Todo esto está indicando que se imponen desde ahora mismo nuevas formas de atender al mundo rural. Desde los servicios públicos... y desde la Iglesia. Bueno es que nos vayamos adelantando con las Unidades Pastorales o los Centros de Atención Pastoral a establecer sistemas de servicio cristiano a estas comunidades dispersas y en-vejecidas. Claro que esto exige arranque, ilusión y creatividad. Como todo en las cosas de Dios. Mañana es el día del DOMUND. Y ya ven, ¡no habrá días en el año!. Pues resulta que hoy mismo se montan en las calles las mesas petitorias... de la Cruz Roja, cuando era un espacio «reservado» (es un decir) para la cuestación callejera de los famosos «negritos» que aireaban los niños de nuestros Colegios pidiendo para las misiones. Algo habrá que hacer para evitar estos encabalgamientos, que no hacen más que perjudicar a una benemérita institución, como es la Cruz Roja, y una admirable labor como la que realizan las Obras Misionales Pontificias. La Campaña del DOMUND de este año se ampara en el V Centenario del nacimiento de San Francisco Javier, santo navarro de categoría universal al ser Patrono de las Misiones. Mil misioneros y misioneras, en números redondos (el dato exacto rebasa esa cifra), de nuestras diócesis de Astorga y León están desparramados por el mundo llevando la luz del Evangelio, que es impulso de esperanza, sentido para la vida y apoyo al desarrollo cultural, social y económico de tantas zonas empobrecidas y de tantas regiones cerradas al Evangelio. Nadie pone en duda la enorme altura moral de estos pioneros de la evangelización. Son lo mejorcito que tenemos en la Iglesia, son un estímulo para perseverar en las creencias heredadas, ofrecen razones para la credibilidad de la fe cristiana... y deben ser un desafío a estar cerca de ellos y apoyarlos en todas sus necesidades y vacíos. Sean generosos en sus aportaciones económicas. Y sepan que de ellas no se pierde un duro por el camino. Con lo que les llega a primera línea ellos y la Providencia de Dios saben hacer milagros. Como milagro es el Congreso que se abrirá el próximo miércoles («Monarquía y Sociedad en el Reino de León. De Alfonso III a Alfonso VII»). Sepan que en su origen fue iniciativa de la diócesis de León, que trazó sus primeros esbozos a propósito del Año Jubilar en que conmemoramos el XI Centenario del fallecimiento de San Froilán. Que aproveche la siembra que harán unas decenas de expertos de varios países. Como para no quedarnos en nostalgias. A superar ese riesgo viene un libro que se presentó anteayer. Es del octogenario P. Carlos de Villapadierna y recoge los comentarios al Evangelio que el autor fue desgranando en las emisiones dominicales de la mañana de COPE-Astorga. Háganse con él. No les defraudará.

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